Necesitaremos esperar 400,000 años para tener noticias sobre vida alienígena: estudio

Necesitaremos esperar 400,000 años para tener noticias sobre vida alienígena: estudio

Foto: Pixabay

Si hay tantas galaxias, estrellas y planetas, ¿dónde están todos los extraterrestres y por qué no tenemos noticias de ellos?

 

400.000 años es el tiempo que necesitaremos esperar si queremos tener noticias de alguna civilización alienígena, según una nueva investigación.

 

"Como única civilización inteligente avanzada en la Tierra, una de las preguntas más desconcertantes para los humanos es si nuestra existencia es única", afirman los autores Wenjie Song y He Gao, ambos del Departamento de Astronomía de la Universidad Normal de Pekín.

 

Estudiar otras civilizaciones de cualquier manera es confuso porque sólo tenemos un punto de datos: los humanos en la Tierra. Aun así, muchos investigadores han abordado la cuestión como una especie de experimento mental, utilizando directrices científicas rigurosas. Un estudio realizado en 2020, concluyó que es probable que haya 36 Civilizaciones Inteligentes Extraterrestres Comunicadas (CETI, por sus siglas en inglés) en la Vía Láctea.

 

Esa cifra se obtuvo a partir de cálculos que incluían los historiales de formación estelar de las galaxias, las distribuciones de metalicidad y la probabilidad de que las estrellas alberguen planetas similares a la Tierra en sus zonas habitables.

 

Sin embargo, se aclara que "el tema de las civilizaciones inteligentes y comunicativas extraterrestres permanecerá enteramente en el ámbito de las hipótesis hasta que se realice alguna detección positiva". También el estudio señala que los científicos todavía pueden producir modelos valiosos basados en suposiciones lógicas "que pueden al menos producir estimaciones plausibles de la tasa de ocurrencia de tales civilizaciones".

 

Los investigadores de Pekín analizaron dos parámetros, ambos poco conocidos. El primero se refiere a cuántos planetas terrestres son habitables y con qué frecuencia la vida en estos planetas evoluciona hacia un CETI. El segundo es en qué fase de la evolución de una estrella anfitriona podría nacer un CETI.

 

Los cálculos mostraron dos escenarios: una perspectiva optimista y otra pesimista.

 

El escenario optimista supone que una estrella tiene que estar al menos al 25% de su vida antes de que pueda surgir un CETI. Por cada planeta terrestre, sólo hay un 0,1% de posibilidades de que aparezca un CETI.

 

Estas variables optimistas crean más de 42.000 CETIs, lo que parece mucho, pero no lo es cuando se reparte por toda la galaxia en diferentes momentos. Además, tendríamos que sobrevivir otros 2.000 años para conseguir una comunicación bidireccional.

 

El escenario pesimista supone que una estrella no puede albergar un CETI hasta que sea mucho más vieja, hasta 75% de su vida, y la probabilidad de que cualquier planeta albergue vida se reduce a un porcentaje minúsculo de 0,001%.

 

Este cálculo pesimista arroja sólo unos 111 CETIs en la Vía Láctea, y tendríamos que sobrevivir unos 400.000 años más para tener una comunicación bidireccional con ellos.

 

Tras los cálculos, los investigadores aplicaron el Gran Filtro, es decir lo que impide que la materia se convierta en vida y progrese hasta convertirse en una civilización avanzada.

 

"Sin embargo, se ha propuesto que el tiempo de vida de las civilizaciones es muy probablemente autolimitado, debido a muchas perturbaciones potenciales, como problemas de población, aniquilación nuclear, cambio climático repentino, cometas rebeldes, cambios ecológicos, etc. Si el argumento del Día del Juicio Final es correcto, para algunas situaciones pesimistas, los humanos podrían no recibir ninguna señal de otros CETI antes de la extinción", subrayaron los científicos.

 

Al mismo tiempo, los investigadores pusieron de relieve que su estudio es más bien un experimento de pensamiento que un resultado sólido.

 

"Es bastante incierto qué proporción de planetas terrestres puede dar lugar a la vida, y el proceso de evolución de la vida en un CETI y que sea capaz de enviar señales detectables al espacio es altamente impredecible", concluyeron.

 

El artículo se publicó en The Astrophysical Journal.

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