Siete marineros del portaviones USS George Washington se han suicidado según reconoció la Armada de Estados Unidos. De acuerdo con la organización, cuatro de ellos fallecieron en el último año y tres más entre 2019 y 2020. En este sentido, las autoridades han iniciado una investigación para determinar si las condiciones de vida de los reclutas fueron un factor determinante en sus muertes.
Varios trabajadores del USS George Washington señalaron las difíciles condiciones laborales como una posible causa de la ola de suicidios a bordo, pues indicaron que en muchas ocasiones carecen de electricidad, cuentan con un solo baño de trabajo que comparten entre todos, la comida es deficiente y el ruido de las obras de construcción hacen que dormir sea prácticamente imposible.
"Al estar en el astillero, es un entorno industrial. Está sucio. No tienes los servicios básicos como agua caliente, luz, calefacción y refrigeración ni comida de calidad", reveló Elaine Luria, una veterana retirada de la Marina.
The Navy is taking action after a series of apparent suicides on the USS George Washington. @sramosabc has more on the aircraft carrier emergency. https://t.co/kWY5S6eOU4 pic.twitter.com/sSRGX8UNTr
— Good Morning America (@GMA) May 2, 2022
Por otro lado, el pasado 25 de abril, Russell Smith, suboficial mayor de la Marina, visitó el portaviones y habló con los miembros de la tripulación. Smith aceptó que las condiciones de trabajo no son fáciles ni “agradables”, además, reconoció como una problemática esta ola de suicidios, aunque también señaló que los marineros pueden irse a casa en la mayoría de las noches, pues no están "durmiendo en una trinchera como podría estar haciendo un infante de marina".
El USS George Washington ha estado atracado en el astillero de Newport News (Virginia, EU) desde 2017, debido a que está recibiendo un reabastecimiento de combustible de sus dos reactores nucleares, además, se está trabajando en diversas reparaciones y actualizaciones complejas. Aproximadamente 2,700 marineros trabajan en el buque y aunque la gran mayoría pueden regresar a casa al finalizar sus turnos, varios de ellos viven fuera del estado y deben soportar las condiciones casi inhabitables del portaviones.