En cualquier ámbito, la autocrítica siempre debe estar presente. Ya sea sector empresarial, político o incluso deportivo, es importante tener la madurez de aceptar errores.
Eso no pasa en la 4T, amable lector, y nunca pasará. Muestra es la reunión que el presidente López Obrador tuvo con legisladores de este grupo político, donde se dio un hecho que llama mucho la atención.
Por supuesto, todos los “cuatritransformadores” se felicitaron unos a otros por el fracaso, digo, por el apoyo que dieron a la fallida Reforma Eléctrica que fue tumbada por esos “traidores” a la patria, que no quieren perpetuar a Manuel Bartlett como dueño absoluto de la energía.
En un momento de la reunión, López Obrador pidió un aplauso al coordinador de la bancada de MORENA, Ignacio Mier Velasco, provocando que los asistentes brindarán un minuto de aplausos a este personaje.
Me cuentan las malas pero bien informadas lenguas, que “Nacho” pidió encarecidamente el respaldo del presidente debido a la paliza que ha recibido no solo en el Congreso, sino en todos lados donde se escucha el apellido Mier.
Y como al presidente le gustan los políticos que se cuadran ante sus intereses y que tienen ideas locas como “fusila pacíficamente” a sus adversarios, pues pidió que todos los cuatrotreros, perdón, “cuatritransformadores” se levantaran a aplaudirle a Mier.
La toma de esta “sincera” ovación no muestra el rostro de los asistentes, pues me cuentan que muchos hicieron muecas de hartazgo al aplaudir a Mier, quien como niño regañado solo sonríe ante la no forzada (jajaja) carretada de aplausos.
Por supuesto, su lacayo periodista consentido casi se desmaya de la emoción al ver a su jefazo “triunfar” en grande, pues alimenta sus sueños de ser alcalde y de ver a su patrón como gobernador.
¡Ternurita!
Ya en serio, esos aplausos pueden ser solo un premio de consolación para “Nachito”, que se ve pequeñito ya en Puebla y en el Congreso de la Unión, donde pocos o nadie le aplaude, a menos que sea por obligación.
Por cierto, muy bonita la gelatina “sexosa” que presumió su hijo y alcalde de Tecamachalco, Ignacio Mier Bañuelos, muy ad hoc con la manera en la que gobierna este municipio.