Parece que finalmente los niños mexicanos recibirán la ansiada vacuna contra el COVID-19, luego de más de un año en que se ha señalado la necesidad de inocular a este grupo de la población, uno de los principales agentes de contagio.
El regreso presencial a clases ha encendido las alarmas de muchos padres de familia, que pese a la baja de contagios aún no están seguros de permitir que sus hijos regresen a las aulas sin contar con la vacuna.
Para esta campaña de inoculación, el Gobierno de México dispondrá de los antígenos de Pfizer, Sinovac y Abdala, tres de las vacunas que han presentado mejor eficacia en los menores que los han recibido.
Las tres vacunas tienen calidad comprobada y no deben causar temor entre los padres de familia, pues son usadas en diversos países con muy buenos resultados.
Pfizer es la vacuna que se usa en Europa para inocular a menores de 3 años en adelante y hasta el momento no se ha presentado problema alguno con estos niños. La Unión Europea ha sentenciado que este es el mejor antígeno para niños.
En América, principalmente en Chile, la vacuna Sinovac es aplicada desde hace ya unos meses a menores de 3 años en adelante y los resultados son exitosos, al grado que los niños han regresado sin problemas a clases.
En tanto, la vacuna cubana Abdala fue creada especialmente para niños y ya es aplicada en esta isla, donde los pequeños ya pueden hacer actividades con la seguridad de que están protegidos ante el COVID-19.
Desafortunadamente, muchos mexicanos, influidos por algunos políticos, han denostado a la vacuna Abdala por ser de origen cubano, pese a que ha presentado resultados destacados desde sus primeras aplicaciones.
Esta desinformación puede provocar que muchos padres prefieran no vacunar a sus hijos con el antígeno cubano, algo que sería un grave error que pondría todavía en gran riesgo a los menores mexicanos.