El Gobierno de México desintegró la Unidad de Investigaciones Sensibles (SIU, por sus siglas en inglés), un cuerpo de seguridad de máxima confidencialidad que fue instituido por el país latinoamericano y Estados Unidos desde hace más de dos décadas para abordar distintas crisis del narcotráfico.
Desde 1997, esta unidad se consolidó como uno de los mayores símbolos de cooperación bilateral en asuntos de seguridad.
La información fue revelada, primero, por la agencia Reuters, y luego confirmada por el diario mexicano Milenio.
La Unidad de Investigaciones Sensibles fue creada en 1997, durante la Administración de Ernesto Zedillo, quien gobernó México de 1994 a 2000. Sus operaciones se prolongaron durante los próximos sexenios, el de Vicente Fox (2000-2006), Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018).
El cuerpo de élite estaba compuesto por policías mexicanos entrenados por la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) y con acceso exclusivo a los servicios inteligencia de esa nación.
Según Milenio, la SIU se encargó en 2016 de capturar al narcotraficante mexicano Joaquín el Chapo Guzmán, quien en ese entonces era uno de los criminales más buscados del mundo.
Un nuevo trato bilateral
Como parte del nuevo acuerdo en materia de seguridad el que llegaron a finales de 2021, México y Estados Unidos se comprometieron a luchar juntos contra el trasiego irregular de armas, un problema que ha elevado los índices de violencia en el país latinoamericano.
En octubre de 2021, los Gobiernos de López Obrador y Joe Biden acordaron dejar atrás la Iniciativa Mérida, un acuerdo en materia de seguridad en el que los estadounidenses se comprometieron a entregar recursos al país latinoamericano para que luchara contra los cárteles del narcotráfico. Al nuevo trato que firmaron ambos países le llamaron Entendimiento Bicentenario.
Con base en ese acuerdo, firmado en 2008 durante la presidencia de Felipe Calderón y George W. Bush, Estados Unidos dotó a México de aviones, helicópteros y otros equipos para sus fuerzas de seguridad. También se le dio entrenamiento y capacitación al sistema policial y judicial.
Sin embargo, debido a la falta de resultados, ambos países decidieron firmar un nuevo acuerdo llamado Entendimiento Bicentenario, en el cual se atenderán las raíces de la violencia, como la migración, el tráfico de armas y la falta de oportunidades. Además, en esta nueva iniciativa de cooperación, mexicanos y estadounidenses se comprometen a ver el consumo de drogas como un problema de salud pública y no un asunto exclusivamente criminal.