¡Vaya manera de mover el avispero por parte del canciller Marcelo Ebrard!
Todavía ni salíamos de la vacilada de Néstor Camarillo, dirigente estatal del PRI que sueña con ser gobernador (no se ría, por favor), cuando llega el “compadre” Marcelo como pretexto para destapar sueños locos y revivir hasta muertos políticos.
Están de oferta las candidaturas rumbo a 2024 o al menos eso se dio a entender en la reunión con empresarios que tuvo Ebrard, donde ya varios se mueven y hablan como candidatos.
Y es que los sueños de grandeza de Camarillo son similares a los que tiene en estos momentos uno de los legisladores más grises de la presente legislatura. Sí, atinó, me refiero a Ignacio Mier Velasco.
Ante Marcelo Ebrard se relamió los bigotes, sonreía cual candidato y ya se veía de la mano de Ebrard en campaña en 2024, el canciller buscando la presidencia y él la gubernatura.
Junto con Mier estaba otro ser medio impresentable de su grupo. No diré su nombre por respeto a usted, amable lector, y porque no vaya a ser que me quiera vender “tlacoyos” en millones de pesos como a Don Chidiac.
Lo chistoso es que este vendedor de “prestigio” de políticos ahora sueña con ser presidente municipal de Puebla.
¡No se pasen!
No me puedo imaginar a un legislador que bloqueó el desafuero del impresentable Saúl N, acusado de violación, y a un “periodista” de voz tipluda e insoportable como candidatos a la gubernatura y la alcaldía, respectivamente.
Aunque en la política poblana -y en MORENA- todo puede suceder.
Mientras tanto, disfrutemos del tiempo que queda sin campañas, porque desde finales de 2023 tendremos que soportar una serie de vaciladas que se verán en una abaratada política poblana.