El Laboratorio Ysonut, especializado en protocolos nutricionales, advirtió que las frutas, vegetales y legumbres han perdido sus nutrientes de manera gradual en los últimos 20 años. De acuerdo con la institución, ello se debe principalmente al incremento de demanda de alimentos para cubrir las necesidades de los habitantes, y los factores de crisis ambiental. Las prácticas perjudiciales observadas por especialistas incluyeron cosechas tempranas, tierras no adecuadas para cultivo, agroquímicos no certificados, y uso excesivo de medicamentos en animales.
Con motivo del Día Mundial de la Salud del 7 de abril 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que el eje de la celebración será la salud del planeta. La agenda comprende temas relacionados con el calentamiento global, efectos de la contaminación en la calidad del aire, y medidas para proteger la seguridad alimentaria. Según estudios realizados en 2021 por la revista de gastronomía Eater, el calentamiento global degrada la calidad de los productos agropecuarios. Al respecto la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) actualizó sus lineamientos sobre el efecto del medio ambiente en los alimentos, e incluyeron los aditivos aplicados en los productos para satisfacer la alta demanda de comida como una de sus consecuencias.
Especialistas de Ysonut comentaron para NotiPress los factores que determinan el deterioro de nutrientes en los alimentos, así como sus efectos en nuestro organismo. El precursor más importante en la calidad de nutrientes es la explotación excesiva de los recursos naturales, cuyas repercusiones abarcan procesos de cultivo, producción, procesamiento y distribución. Con respecto al procesamiento industrial de alimentos, la optimización para obtenerlos y distribuirlos masivamente generó prácticas perjudiciales, sobretodo en el uso de pesticidas, agroquímicos no certificados, y reactivación de suelos empobrecidos. La velocidad requerida para comercializar los alimentos también ha provocado un aumento en las cosechas tempranas, es decir en fases de crecimiento donde los cultivos no alcanzan concentraciones adecuadas de nutrientes.
Los productos afectados por las estrategias y manejos agrícolas mencionados incluyen un gran número de frutas y verduras habituales en la mesa del consumidor. Entre ellas se encuentran espinaca, brócoli, naranja, guayaba, mandarina y limón; que han presentado una baja de micronutrientes esenciales. En el caso de las espinacas, reconocidas por contener altos niveles de hierro, actualmente poseen solo la mitad de la vitamina C que tenían hace 20 años. Aunado a ello, la falta de nutrientes en los productos incrementaron deficiencias de vitamina B6 y B12, magnesio, omega 3 y complejo B, entre otras. Algunos síntomas asociados con las deficiencias son: dificultad para curar heridas, fatiga y cansancio, depresión, y dificultades en el embarazo.
En el caso de los productos de origen animal, los especialistas detectaron concentraciones elevadas de medicamentos y hormonas en diversas especies. Como ejemplo el laboratorio especializado en protocolos nutricionales destacó el pollo, que ha presentado altos niveles de hormonas de crecimiento y ampicilina. La salud de las personas que consumen estos alimentos está comprometida tanto por la falta de nutrientes, como por los aditivos nocivos de ciertos sectores.
"No solo los alimentos no nos están nutriendo como deberían, debido a substancias artificiales, hormonas y procesos alterados, también están creando ciertas patologías en nuestro organismo", aseguró Amanda Cantú Ahira, médico especialista en nutrición clínica por parte de Ysonut.