Un grupo de científicos que trabajan en una reserva de vida silvestre en Dinokeng, Sudáfrica, descubrió que los leones son capaces de responder de forma favorable a la oxitocina, la famosa “hormona del amor”, al punto de que se tranquilizan y toleran mucho mejor a sus congéneres.
A través de un spray, los investigadores rociaron la nariz de algunos leones con esta hormona y pudieron percatarse de que su aplicación intranasal es capaz de influir en su comportamiento. Habitualmente, estos animales no están abiertos a convivir pacíficamente con otros ejemplares, por lo que protegen su territorio ferozmente y son capaces de provocar heridas mortales con un solo movimiento.
En este sentido, la agresión es un recurso importante e incluso una ventaja para los depredadores en el ámbito natural, pero en el contexto de los ejemplares que están en cautiverio o alguna reserva, presenta diversos problemas. Por eso, los investigadores pensaron que la oxitocina podría ser un buen recurso para mejorar la convivencia.
El equipo dirigido por el biólogo animal Craig Packer y la neurocientífica Sarah Heilbronner, de la Universidad de Minnesota (EU), compartió este miércoles los resultados de su estudio, explicando que para lograrlo, primero tuvieron que atraer a los leones hasta una cerca usando trozos de carne cruda y mientras comían, les rociaron oxitocina por la nariz con un herramienta que parece un frasco de perfume antiguo.
“Al rociar la oxitocina directamente por la nariz, sabemos que puede viajar por el nervio trigémino y el nervio olfativo directamente hacia el cerebro”, dijo Jessica Burkhart, autora principal. “De lo contrario, la barrera hematoencefálica podría filtrarlo”, agregó.
El experimento fue hecho con 23 leones y los investigadores pudieron observar que los ejemplares que recibieron oxitocina eran más tolerantes con otros leones en su espacio y mostraban menos vigilancia hacia los intrusos. “Puedes ver que sus rasgos se suavizan de inmediato, pasan de arrugados y agresivos a un comportamiento totalmente tranquilo. Se relajan por completo. Es increíble”, explicó Bukhart.
Para medir la tolerancia social de los leones, los científicos compararon la distancia que los felinos mantenían con otros cuando uno de ellos poseía un objeto deseado, en este caso, utilizaron un juguete. “Después de que los leones fueron tratados con oxitocina, y les dimos su juguete favorito de calabaza para jugar, vimos que la distancia promedio entre ellos disminuyó de unos 7 metros sin tratamiento a unos 3.5 metros”, explicó la autora.
Finalmente, se explicó que este tipo de tratamiento puede volverse particularmente útil a medida que las ciudades de África se expanden e invaden el territorio de los leones, pues para mantenerlos a salvo y alejados de los humanos, muchos han sido trasladados a reservas privadas cercadas.
“La esperanza es que esto se traduzca en la reubicación de los animales en la naturaleza, ayudándolos a estar más inclinados a su nuevo entorno social para que sean más curiosos y menos temerosos, lo que lleva a una unión más exitosa”, concluyó la autora.
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