Optimus, el robot de Tesla que podría contar con personalidad “humana”

Optimus, el robot de Tesla que podría contar con personalidad “humana”

Foto: Canal de YouTube de Tesla

Elon Musk ha admitido sus intenciones de desarrollar robots capaces de replicar varias características humanas, como la personalidad. De acuerdo con Musk, el robot humanoide de Tesla, conocido como Optimus, podría ser capaz de contar con este rasgo, además, podrá hacer múltiples tareas.

 

“Podríamos descargar las cosas que creemos que nos hacen únicos. Ahora, por supuesto, si ya no estás en ese cuerpo, definitivamente será una diferencia, pero en cuanto a preservar nuestros recuerdos, nuestra personalidad, creo que podríamos lograrlo”, aseguró el directivo de Tesla.

 

A pesar de estos comentarios, Musk no especificó una fecha en la que esto podría convertirse en una realidad, aunque se sabe que para finales de 2023, Tesla tiene planeado producir una cantidad moderada de robots Optimus, pero estos primeros modelos no contarán con la llamativa característica.

 

 

Por otro lado, durante una conferencia celebrada en diciembre de 2021, la compañía explicó que este proyecto tiene el objetivo de agregar a los robots una especie de humanidad que los haga únicos. “Con el tiempo, el Bot puede adquirir una personalidad distinta, no es como si todos los robots fueran iguales. Esa personalidad, o como quieras llamarla, puede adaptarse al propietario”, aseguró el CEO de la empresa.

 

Según varias investigaciones, la idea de dotar de recuerdos o añadir una personalidad en un robot es posible en cierta medida. En 2018, un estudio hecho por Nectome, una compañía integrada por científicos formados en el MIT, reveló que en el futuro se podría hacer una copia digital del cerebro para alojarla en la nube. Para lograr esto, se necesita que el cerebro esté fresco para así poder preservarlo en un estado óptimo para su posterior reconstrucción.

 

El estudio señala que a los pacientes se les debe inyectar una serie de químicos a través de las arterias carótidas en el cuello mientras están vivos y bajo los efectos de anestesia. De este modo, el paciente moriría de inmediato y su cerebro quedaría vitrificado para que, eventualmente, se pueda reconstruir su conectoma, es decir un mapa de las conexiones entre las neuronas del cerebro.

 

Posteriormente, se crearía una simulación a través de una computadora, mediante la cual la mente del paciente volvería a la vida, aunque en un formato digital. Esto aún parece lejano, pues todavía quedan muchos problemas para resolver, debido a que el cerebro es un sistema extremadamente complejo y aún no se conoce en su totalidad.

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