Las altas tasas de violencia armada en México y Centroamérica generan graves consecuencias humanitarias, visibles e invisibles, que socavan la vida de miles de personas y aumentaron un 41 por ciento la migración en dos años, dijo este jueves el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
"Los temas más apremiantes para el CICR en México y América Central en 2021 y en los que seguirá concentrando su atención en los próximos años son: el aumento de la migración, que según cifras oficiales el número de personas migrantes detenidas en México en 2021 aumentó 41 por ciento con relación al 2019", indican sus Balances Humanitarios 2021-2022 presentados el jueves.
En la región mesoamericana hay un aumento en la movilidad, en los desplazamientos de personas y la desaparición que no cesa, agregó el CICR.
"Solo en México se contabilizan casi 100.000 personas desaparecidas", indica el informe presentado por Jordi Raich, jefe de la delegación regional del CICR para México y América Central.
Otros temas urgentes son la emergencia carcelaria; el uso legal y adecuado de la fuerza, así como las dobles vulnerabilidades que traen consigo fenómenos climáticos y emergencias sanitarias como la pandemia del covid-19 en comunidades fuertemente afectadas por la violencia, indica el documento.
Raich dijo en una declaración escrita que "en 2021 presenciamos desplazamientos internos, migraciones forzadas; vimos una continuidad en las desapariciones y también cómo la violencia afectó el acceso de comunidades a la salud y a la educación".
Indicó que además de los efectos visibles, como los homicidios y desapariciones, "la violencia tiene efectos invisibles profundos: mata en vida a personas, comunidades y familias".
No hay soluciones sencillas para esta situación, agregó Raich.
"Se requiere de la acción urgente y decidida de gobiernos, sociedad civil y organizaciones humanitarias para mitigar las consecuencias de esta violencia, promover espacios más humanitarios y garantizar una vida digna a las personas afectadas", planteó.
Miguel Ramírez, jefe de operaciones del CICR en México, llamó a "no normalizar la violencia: perder a un ser querido por la violencia es el dolor que enfrentan miles de personas en la región".
"Es una constante y una señal de que hemos terminado por aprender a vivir con ella, impidiéndonos entender el sufrimiento que causa a miles y contribuir a movilizar soluciones", sostuvo Ramírez según declaraciones difundidas por el CICR.
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