El pasado jueves se llevó a cabo el cambio en la mesa directiva de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC), evento donde se dejó ver el impacto positivo que ha dejado Olga Méndez Juárez, expresidenta de esta cámara.
Diputados, personajes de la política, alcaldes de los municipios de mayor importancia, empresarios y, por supuesto, el gobernador Miguel Barbosa, resaltaron el gran trabajo de Méndez Juárez en CANIRAC.
Y fue precisamente el gobernador el que lanzó un contundente mensaje a Ignacio Alarcón Rodríguez, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), recriminándole la poca participación de las mujeres en cámaras empresariales.
Por supuesto que el señor Alarcón se sonrojo y esbozó una tímida sonrisa, pues en evidencia quedó algo que ya se decía desde hace mucho tiempo sobre el CCE en Puebla.
Muchas voces han señalado al CCE como un auténtico “Club de Toby”, donde solo hombres de “negocios” se juntan a desdeñar asuntos de importancia para el empresariado poblano, dando pocos o nulos espacios a las mujeres.
Pese a que Alarcón sudó frío con ese mensaje de Barbosa Huerta, esto debe tomarlo como algo positivo el CCE, pues está ante la gran oportunidad de limpiar esa imagen machista y misógina que lo persigue.
Y es entonces donde la figura de Olga Méndez Juárez toma fuerza, pues es sin duda la mejor carta para llegar a la presidencia del CCE en noviembre próximo.
Su trabajo habla por sí solo, además de que Olga Méndez Juárez cuenta con una imagen respetada por todos los sectores sociales de Puebla, desde el empresariado hasta el político, lo que dejaría al CCE en buenas manos.
De preparación no hay dudas, pues Olga Méndez me dejó de manifiesto en una entrevista pasada que está lista para un reto como es el dirigir el Consejo Coordinador Empresarial.
El CCE está ante la oportunidad de dejar todos esos paradigmas machistas que lo rodean y evolucionar no solo en su mentalidad, sino en su manera de trabajar.