Casi un año después de su aprehensión, llega la sentencia contra el “Monstruo de Atizapan”

Casi un año después de su aprehensión, llega la sentencia contra el “Monstruo de Atizapan”

El 15 de mayo de 2021 un caso conmocionó a los mexicanos cuando fue detenido el multifeminicida Andrés Mendoza, un asesino serial de mujeres confeso que ocultó los restos de sus víctimas en su hogar.

 

A casi un año de su detención, este 18 de marzo un juez de Control de los Juzgados Penales de Tenango del Valle, a donde fue trasladado días después de su detención, dictó prisión vitalicia contra Mendoza Celis, alías “el Chino”, por el feminicidio de una mujer en 2001.

 

De este modo es como termina la historia del llamado Monstruo de Atizapán y se abre la oportunidad de hacer justicia a sus víctimas.

 

 

Un 'monstruo' en el sótano

 

La detención de Andrés Mendoza se logró gracias al policía Bruno Ángel, quien acudió al domicilio del multifeminicida ubicado al norte de la Ciudad de México, en la calle Margaritas, en la colonia Lomas de San Miguel de Atizapán, para buscar a su esposa, Reyna González.

 

La mujer habría acudido a dicho lugar el 14 de mayo para comprar refacciones de celular que, posteriormente, vendería como una forma de ganar dinero para su familia.

 

Sin embargo, Reyna no regresó a casa, por lo que Bruno se preparó para encarar al hombre de 72 años. En un primer momento, Andrés negó que hubiera recibido alguna visita, pero el policía no se creyó la versión y entró a la fuerza a su casa.

 

En el sótano, Bruno Ángel encontró el cuerpo desmembrado de su esposa sobre una mesa, en un espacio en el que había varias cubetas, ropa de mujer, libretas y rastros de sangre seca.

 

De inmediato, el gendarme sometió a Andrés y llamó a la policía para que lo detuvieran. El hombre fue trasladado en un primer momento al penal de Barrientos, donde él mismo confesó haber asesinado a por lo menos 30 mujeres, cuyos restos también habría cortado y ocultado en el sótano.

 

Hallazgo de terror

 

El descubrimiento de los restos y cuerpos desmembrados se volvió tema nacional y en Atizapán generó alerta, ya que la mayoría de las personas que conocían al asesino aseguraban que era un hombre tranquilo que incluso fue presidente del Consejo de Participación Ciudadana de su colonia, durante la gestión de la presidenta municipal, Ana María Balderas Trejo.

 

La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) inició los trabajos para localizar a las víctimas de Andrés Mendoza, quien habría asegurado frente al juez que cometió todos esos crímenes durante los últimos 20 años y aprovechó su experiencia como carnicero para cortar los cadáveres y guardarlos en cubetas.

 

En el sótano de su casa se localizaron diversos objetos: cintas de VHS donde se presume están los asesinatos grabados; ropa y accesorios de mujer presuntamente de sus víctimas, así como varios cuadernos donde él mismo llevaba registro de los feminicidios cometidos.

 

A lo largo de sus declaraciones, el llamado Monstruo de Atizapán confesó qué fue lo que lo llevó a matar a cada una de sus víctimas. La primera, identificada como Norma Jiménez, fue una mesera a quien cortejó en 2001 y a quien llevó con engaños a su casa para apuñalarla.

 

Otra de las víctimas identificadas fue Berenice Sánchez, con quien quiso tener una relación sentimental, pero a ser rechazado, le clavó un cuchillo en el pecho y la destazó. Las demás víctimas identificadas fueron Flor Ninive, Rubicela Gallegos, Berenice Sánchez, Alyn y Gabriela, todas ellas mujeres a las que conoció en bares del Estado de México.

 

Andrés Mendoza detalló cómo fueron los feminicidios de al menos seis víctimas, cuyas identificaciones estaban en el sótano, pero las autoridades consideran que existen indicios de que se ocultaron al menos otros 19 cadáveres.

 

En el sótano, y en un pequeño hoyo que se halló al interior, los peritos localizaron más de 4,300 restos óseos, 29 fotografías instantáneas, 44 fotografías medianas, 17 infantiles, dos básculas, un cuchillo, un machete, ocho libros, cinco cuadernos, ocho celulares, 12 chips de celulares, ocho barnices para uñas, cinco pulseras, seis collares, cuatro pares de aretes, tres anillos, dos carteras de mujeres y nueve juegos de llaves.

 

Además, en total se recuperaron 53 grabaciones, 28 realizadas en 8 mm y 25 en formato VHS.

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