El gobierno de Reino Unido ha decretado que el envío de fotos sexuales no solicitadas se convertirá en un delito penal y los acusados podrían tener una condena de hasta dos años de prisión.
Este delito, conocido como cyberflashing, tendrá una sentencia similar al de “exposición indecente en público” y se tomarán en cuenta todos los medios digitales que permitan este acoso: redes sociales, aplicaciones de citas o Bluetooth y Airdrop.
Las autoridades buscan responsabilizar más a las redes sociales, motores de búsqueda y a otros sitios web por abordar una variedad de contenido ilegal y dañino en sus servicios, puesto que la población más vulnerable a esto son niñas y mujeres.
“Estamos manteniendo a los delincuentes sexuales y violentos tras las rejas por más tiempo, dando a las víctimas de abuso doméstico más tiempo para denunciar agresiones. Convertir el cyberflashing en un delito específico es el último paso: enviar un mensaje claro a los perpetradores de que se enfrentarán a la cárcel”, declaró el viceprimer ministro Dominic Raab.