“Turritopsis nutricula” es el nombre científico de un tipo de medusa que se ha considerado como “biológicamente inmortal”, pues, aunque parezca increíble, esta criatura no solo es capaz de renovar sus células como lo haría cualquier otro tipo de medusa; sino que, además, puede volver a un estado anterior de madurez sexual, algo que los investigadores describen como “si una mariposa volviese las veces que necesitase a su estado de oruga”.
El motivo por el cual se dice que este animal posee “vida eterna” es porque cuenta con un mecanismo celular capaz de invertir su ciclo de vida, este proceso es conocido como “transdiferenciación celular”, y consiste en que una célula es capaz de transformarse en otro tipo de célula diferente, a pesar de no ser una célula madre. El mecanismo aparece en respuesta ante cualquier daño físico o al hambre.
Por otra parte, esto no quiere decir que la “Turritopsis Nutricola” sea inmune a las enfermedades o a los ataques de sus depredadores, pero si no sufre ningún tipo de agresión externa, se cree que podría vivir indefinidamente.
El proceso de “transdiferenciación celular” fue observado por primera vez en la década de los 90, y cautivó a los científicos, que desde entonces no han dejado de estudiarlo. Las investigaciones han determinado que esta medusa posee una capacidad de adaptación muy grande, lo que le ha permitido proliferar en todos los océanos del mundo, subsistiendo en aguas mucho más frías y con depredadores más agresivos a pesar de ser de origen caribeño y de medir poco más de 4 milímetros.
Los científicos han encontrado en este complejo mecanismo de supervivencia una importante materia de estudio por sus potenciales aplicaciones en el terreno de medicina, pues podría ayudar a comprender cómo reemplazar células dañadas por una enfermedad, lo que supondría un avance enorme en la lucha contra padecimientos como el cáncer.