Un estudio de la Universidad de Milán y otros organismos demostró que los perros también enfrentan procesos de duelo cuando uno de sus compañeros animales fallece.
No son ideas de la gente. Una extensa muestra estadística por fin comprueba que los perros sí demuestran cambios psicológicos, emocionales y conductuales tras la pérdida de otro can con el que convivía íntimamente.
Lo anterior fue demostrado por un reciente estudio publicado en Nature Portfolio, realizado por expertos de distintas instituciones educativas del mundo, como el Departamento de Ciencias y Veterinaria de la Universidad de Milán, la Universidad de Columbia Británica y la San Marco Veterinary Clinic and Laboratory de Italia.
La recopilación estadística se hizo entre más de 400 personas estratégicamente seleccionadas en Italia, todas ellas con más de una mascota.
"Según las respuestas y estudios obtenidos de los propietarios de los perros, el perro superviviente tras la muerte del perro de compañía cambiaba tanto de actividades, como jugar, dormir y comer, como de emociones, principalmente miedo", concluyó el estudio.
De acuerdo con los datos obtenidos, el 86% de los propietarios observó cambios negativos en el comportamiento del perro que sobrevivió. En tanto, el 32% dijo que estas actitudes se prolongaron durante un periodo de entre dos y seis meses. Sólo el 25% informó que los comportamientos duraron más de medio año.
Nunca antes se había demostrado estadísticamente que los perros de compañía experimentan duelos cuando mueren sus congéneres.
El análisis comprobó que se observaron varios cambios negativos en el perro, como aumento de la búsqueda de atención (67%), menos juego (57%), reducción del nivel de actividad (46%), más sueño (35%), incremento del miedo (35%), menor ingesta de comida (32%) y aumento de ladridos y llanto (30%).
El 93% de las personas analizadas señaló que los perros habían vivido juntos durante más de un año y el 69% describió la relación entre ellos como amorosa.