Tal vez estoy mal, pero se supone que si algún político tiene algún proyecto a futuro busca a los mejores hombres que lo acompañen a lograrlo.
Es decir, se rodea de expertos y pesos pesados para dar batalla en las urnas.
Parece que el senador Alejandro Armenta Mier ha malentendido esto, pues ha anunciado con bombo y platillo la incorporación a su equipo legislativo de un “cero a la izquierda” priista… o expriista.
¿Se acuerda de un exespadachín poblano que más tardó en bajarse del avión en Atenas que en ser eliminado de los Juegos Olímpicos de 2004?
Sí, la “gran” adquisición de Armenta Mier es ni más ni menos que el otrora esgrimista y supuesto político de corte priista Édgar Chumacero Hernández.
Y con el perdón que me merece el señor Chumacero, pero su incipiente carrera deportiva es mucho mejor que su carrera en la política, pues como único “logro” tiene haber dirigido el Instituto Municipal del Deporte, cargo que le dio su suegra Blanca Alcalá.
De ahí en fuera, Chumacero Hernández ha hecho poco o nada dentro de la política poblana, por lo que parece algo raro y sin sentido que Armenta Mier, quien aspira a Casa Puebla, lo incluya en su equipo.
Uno se prepara para ganar, no para perder, señor Armenta.
Lo que también llama la atención es si Chumacero Hernández dejará definitivamente el PRI o anda de paseo por MORENA para ver qué logra sacar.
El tiempo lo dirá.
Y siguiendo con priistas que poco ayudan al expartidazo, debemos hablar del dirigente estatal del tricolor, Néstor Camarillo, quien parece que vive en un universo alterno donde el PRI es un partido importante en Puebla.
Animado por no sé qué, Néstor Camarillo se aventó la puntada de decir que en 2024 el PRI se llevará carro completo en las elecciones.
¡Ora!
No sé usted, pero yo no veo a ningún priista con la fuerza suficiente para ganar la gubernatura… ni la alcaldía, es más, ni diputaciones locales, federales y regidurías.
Si me apura, ni para ganar en municipios donde aún son “potencia” los colores priistas.
Tal vez Camarillo se refería al PAN y no al PRI, con eso de que el líder priista está más interesado en la vida interna panista que en la de su partido.
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