
Múltiples errores se pueden encontrar en las campañas de vacunación emprendidas por el Gobierno Federal. Pese a esto y gracias al respaldo de gobiernos estatales, como Puebla, la inoculación avanza en el país.
Desde la aplicación de las segundas dosis del antígeno se ha notado una situación que ha molestado a la sociedad mexicana; nos referimos a la exigencia de llevar diversos documentos impresos a las jornadas de vacunación.
En todas y cada una de las jornadas se ha solicitado a los ciudadanos imprimir el registro hecho en la plataforma “Mi Vacuna”, así como llevar en papel el CURP y copias de alguna identificación oficial y comprobante domiciliario.
El solicitar todos estos documentos físicos se puede entender en la aplicación de la primera dosis del antígeno, pues es necesario comenzar con un expediente de vacunación para llevar un orden en las vacunas aplicadas.
No obstante, resulta incomprensible que en la jornada de aplicación de segundas dosis y en la presente donde se aplica el refuerzo, se sigan pidiendo estos documentos, pues representa un desperdicio de papel.
Pese a que ya hay un registro previo en la plataforma “Mi Vacuna”, la Federación aún exige que la sociedad se inscriba nuevamente para segundas y terceras dosis y además imprima esta inscripción.
Por si fuera poco vemos a miles de mexicanos corriendo a las papelerías a imprimir y sacar copias de los otros documentos solicitados, lo que ya debería estar registrado desde la primera jornada de vacunación.
Cabe destacar que esto es aún más inútil debido a que en los centros de vacunación ya no se revisan a fondo ni los comprobantes domiciliarios y mucho menos el CURP o la identificación oficial, para comprobar su veracidad, por lo que debería ser suficiente con presentar el certificado de vacunación previo en estos momentos.
Lo anterior contrasta a la estrategia que se tiene en otros países, como Estados Unidos, donde desde un inicio se hizo una base de datos de vacunados y todos los datos están digitalizados, por lo que la sociedad solo debe presentarse en los centros de vacunación a recibir el antígeno.