Gobierno federal reacciona tarde ante aumento de contagios en Puebla

Gobierno federal reacciona tarde ante aumento de contagios en Puebla

Foto: Enfoque

Desde hace poco más de dos semanas, Puebla ha registrado un incremento importante de contagios de COVID-19, números que ya superaron el pico máximo de casos por día registrado en las primeras tres olas de esta enfermedad.

 

Aunque las hospitalizaciones no han presentado un incremento que se pueda considerar alarmante, las muertes se siguen presentando en la entidad, más entre personas no vacunadas afectadas por la variante ómicron.

 

La lógica indicaría que Puebla tendría que estar en amarillo o incluso naranja en el semáforo epidemiológico desde hace dos semanas; sin embargo, será hasta esta semana cuando la entidad aparezca en color amarillo.

 

 

De esta manera, se comprueba que la Federación tiene una tardía reacción ante el incremento de contagios de COVID-19 en Puebla, sobre todo porque las estimaciones de las autoridades de salud poblanas apuntan a un descenso de contagios en los próximos días.

 

Las previsiones de la Secretaría de Salud Estatal han sido acertadas, pues señalaron que a finales de enero o principios de febrero se daría el pico máximo de contagios, algo que ya se alcanzó hace unos días.

 

Puebla ya llegó a presentar más de mil contagios de COVID-19 diarios, superando el pico máximo de las otras olas, por lo que el secretario de Salud, José Antonio Martínez García, ha señalado que a partir de la próxima semana llegará una estabilidad en contagios para que posteriormente vayan a la baja.

 

 

Es por esto que el que Puebla sea colocada en amarillo en el semáforo epidemiológico federal ya resulta completamente inútil, sobre todo porque la entidad estaría en la antesala de abandonar la cuarta ola de contagios.

 

No obstante, es un hecho también que pocos o nadie toma en cuenta ya el semáforo epidemiológico federal, pues nunca se estableció como una herramienta que mostrara la realidad que se vivía con la pandemia en México.

 

Y el ejemplo claro es Puebla, donde el Gobierno del Estado acertadamente tomó decisiones contundentes en el peor momento de la pandemia, aunque desde los ojos de la Federación Puebla estuviera en color amarillo.

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