El informe preliminar sobre las reuniones sociales celebradas en Downing Street durante las restricciones del coronavirus denuncia una falta de liderazgo y de juicio de valor en la oficina y residencia del primer ministro, Boris Johnson.
“Hubo fallos de liderazgo y de criterio por parte de distintas secciones del Número 10 (Downing Street) y la oficina del Gabinete a intervalos diferentes”, critica la funcionaria Sue Gray, que dirigió la investigación interna de las supuestas fiestas ilegales.
El mandatario conservador tiene previsto emitir en breve su respuesta oficial al limitado informe de Gray, en un nuevo intento por contener las críticas sobre su gestión de la pandemia del coronavirus.
El documento, de 12 páginas incluidas notas técnicas, se refiere únicamente a cuatro de casi una veintena de fiestas y eventos que tuvieron lugar en los despachos, el jardín y el apartamento del primer ministro en Downing Street, además de otras sedes ministeriales, entre mayo de 2020 y abril de 2021.
El resto de las reuniones ha pasado a la órbita de la investigación policial, que incluye a Johnson como sospechoso o testigo de presuntas infracciones de las reglas contra el covid-19 dictadas por su gobierno.
“No se debería haber permitido que se montaran algunos de los eventos”, concluye la funcionaria.
Johnson trata de contener la ira de gran parte de la población y la presión de parlamentarios que piden su dimisión de Downing Street.