Subregistro de contagios COVID-19, el escenario oculto de la pandemia

Subregistro de contagios COVID-19, el escenario oculto de la pandemia

Foto: Xinhua

La cuarta ola de contagios de COVID-19 en México, provocada por la variante ómicron, ha dejado escandalosas cifras de nuevos casos diarios en nuestro país, algo que no se había visto en toda la pandemia.

 

En solo dos semanas, México ha roto hasta tres veces su récord de contagios diarios, siendo los más de 60,000 que se registraron el pasado miércoles el número más alarmante que se ha dado durante toda la emergencia sanitaria.

 

Sin duda, estos números son de escándalo, pero hay un número de casos positivos de COVID-19 que no llegan a los registros oficiales por alguna razón, lo que podría derivar en cifras mucho más alarmantes de las que se tienen.

 

Es un hecho que miles de mexicanos que presentan síntomas de COVID-19 no tienen acceso a una prueba para detectar el virus, ya que resulta una triste realidad que población marginada debe pasar por un contagio sin siquiera confirmar que tiene el virus.

 

De la misma manera, hay otro gran número de mexicanos que al comenzar a presentar síntomas prefieren aislarse de inmediato, sin hacerse una prueba de antígenos o PCR, a lo que se agregan los falsos negativos que con el paso de los días desarrollan síntomas de COVID-19.

 

También se debe incluir a todas esas personas que pasan la enfermedad como asintomáticos, propagando además el virus entre su círculo cercano, que incrementa más los números de casos positivos.

 

Por supuesto están esos mexicanos a los que poco o nada les ha importado la pandemia, por lo que simplemente ignoran cualquier síntoma de COVID-19 y se convierten en agentes peligrosos de contagio.

 

En un escenario conservador, México tendría el doble de casos positivos de los que oficialmente se reportan, por lo que la cifra escandalosa del pasado miércoles bien pudo ser de 120,000 nuevos contagios y no 60,000.

 

Desde que la emergencia sanitaria comenzó en nuestro país se ha criticado al Gobierno Federal por no poner a disposición de la sociedad las pruebas necesarias para detectar el virus, dejando en manos y en el bolsillo de los mexicanos la posibilidad de saber si se tiene la enfermedad, y actuar en consecuencia.

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