Quiero pensar, amable lector, que las presidencias auxiliares de Puebla capital se crearon para “echarle la mano” al Ayuntamiento en demarcaciones alejadas, pero pertenecientes al municipio.
Alejadas es una palabra muy fuerte en estos momentos, pues muchas están ya pegadas o dentro de la capital.
En la actualidad, las juntas auxiliares de la capital simplemente son inútiles y motivo de peleas absurdas por un pequeño coto de poder que buscan personajes muchas veces impresentables.
Lo que hoy se vivió en las elecciones en estas juntas auxiliares, sobre todo en San Pablo Xochimehuacán, Canoa y la Romero Vargas, es el ejemplo perfecto del por qué estas juntas auxiliares no tienen razón de ser.
Y es que las elecciones se convierten en un verdadero pleito de cantina, eso sin contar que muchos de los candidatos parecen literalmente sacados de una cantina.
Vemos personajes acusados de diversos delitos, otro tanto que no tienen ni siquiera la preparación para este puesto y unos cuantos que ven las presidencias auxiliares como uno de sus negocios.
Es decir, van por el poder y el poco dinero que se tiene en estas juntas auxiliares.
Dejando de lado a Canoa, que tiene los elementos para convertirse en el municipio 218 de Puebla, todas las demás juntas auxiliares tienen autoridades que resultan ser un cero a la izquierda.
No cambian nada, no mueven nada, no ayudan en nada, motivo por el que no tienen razón de ser.
Bien haría el Congreso de Puebla promover que las juntas auxiliares de Puebla capital desaparezcan y se designe una especie de delegado del Ayuntamiento de Puebla en estas demarcaciones.
Mientras esto no suceda, seguiremos viendo quema de boletas, conatos de bronca y presidentes auxiliares improvisados que serán mero artículo decorativo.