
Enclavado en Tepeyahualco, a unos cuantos kilómetros del municipio de Libres, Puebla, encontramos uno de los centros ceremoniales que más misterios envuelve de los primeros pobladores de México, nos referimos a la zona arqueológica de Cantona.
Para llegar a este lugar solo necesitamos de hora y media de trayecto y muchas ganas de caminar entre ruinas prehispánicas y vegetación propia de una región poco explorada, pero que sin duda tiene todavía muchos secretos por revelar.
En el Municipio de Tepeyahualco, encontrarás la Zona Arqueológica de Cantona. #EstamosSeguros que te encantará. #Puebla #SafeTravels pic.twitter.com/JsUUFe7h0q
— Puebla (@Puebla) June 23, 2021
Uno de los datos más llamativos de Cantona es que no se puede definir a qué cultura perteneció este lugar y hasta se piensa que fue una zona donde se dio una mezcla de culturas que fueron escapando de guerras y saqueos, haciendo de un terreno hostil producto de una erupción volcánica una verdadera ciudad.
Y es que de llamar la atención es la exactitud qué hay en la división de las calles en Cantona, pues todos los caminos están perfectamente comunicados, además de que para llegar a la ciudad, primero se debe pasar por una gran extensión de terreno, lo que pudo ayudar a los pobladores de este centro ceremonial a defenderse de enemigos.
El conjunto de pirámides que forman Cantona son realmente fascinantes, pues en cada una se puede apreciar una panorámica espectacular de la zona donde está establecida esta zona arqueológica, además de disfrutar del viento que sopla la región de Libres.
Un minuto del #INAHVirtual hasta tu casa ????
— INAHmx (@INAHmx) April 23, 2020
Zona arqueológica de Cantona, Puebla#MéxicoSolidario #ContigoEnLaDistancia pic.twitter.com/AZVAyYc73b
Cantona, por si fuera poco, da la sensación de que aún hay mucho por descubrir, pues aún podrían existir otras tantas estructuras escondidas entre la tierra que ocultó esta enorme ciudad con el paso del tiempo.
No cabe duda que cualquier fin de semana es una buena oportunidad para conocer Cantona, zona arqueológica que debe ser apreciada no solo por los poblanos, sino por todos los mexicanos.