La semana que inició ayer pinta bien. Al menos la comenzamos con estentóreas carcajadas y, en no pocos casos, con sarcásticas sonrisas mal disimuladas.
Porque de risa loca está esa aspiración de Alejandro Moreno Cárdenas (aka o, en español, conocido también como) Alito y las más de las veces como A(m)lito de auto destaparse como precandidato a la Presidencia de la República para el periodo 2024 - 2030.
Sí. Contenga la risa y siga leyendo, por favor.
Tras un reciente evento que reunió a los más conspicuos cupuleros de lo que Peña Nieto les dejó del PRI, A(m)lito abrió su campechana boca para auto elogiarse, ¡faltaba más!
“… yo tengo 46 años de edad (sic), pero he sido más de tres veces diputado federal, senador, gobernador, presidente nacional del PRI. Al final del camino lo que se necesita es un buen cuadro, un buen liderazgo para enderezar el camino del País...”
¿Y quién cree usted, sonriente lector, que es ese “buen cuadro”?
Pues él mismo, ¡qué caray!
Aunque, como le comentaba a usted en días recientes en este espacio, ¿cuál es la obra real de A(m)lito? En sus “más de tres veces” (?) como diputado federal ¿qué legislación redactó o impulsó que haya beneficiado a la sociedad mexicana? Ninguna, que se recuerde. Sólo cobró jugosas dietas, compensaciones y aguinaldos por sólo levantar el dedo.
¿Y como senador? ¿Qué hizo? Pues estar bajo la bota y a las órdenes del impresentable Emilio Gamboa Patrón para que le ayudara con EPN para la postulación al gobierno de su ahora súper endeudada entidad natal. Con razón ahí lo conocían desde chamaco como VandAlito.
Y es que, de su paso por la gubernatura de Campeche sí hay registro en los anales del cinismo y de la corrupción que, en el caso de los politiqueros mexicanos, se caracteriza por la compra de propiedades inmobiliarias que cada vez son de mayor tamaño.
En la “casología” –de casas, pues-- política, se convierten en coleccionistas de boletas del impuesto predial.
Ya para qué le seguimos de su paso por el PRI donde sólo ha acumulado derrotas. Una tras otra. Al hilo.
¡Y las que faltan!
No es, tampoco, de firmes convicciones. Un día insultaba al candidato López Obrador de la manera porril que le caracteriza. Y al día siguiente se lanzaba al piso, como tapete, del Presidente Electo López Obrador. Como veleta, pues.
Esa es la hoja de vida del precandidato presidencial que ya se agandalló al PRD y al PAN.
Luego de terminar de carcajearse, ¿qué van a decir Los Chuchos y Marko Cortés?
¿Usted qué cree?