Cuando este columnista era niño tenía la mala costumbre de echar a perder casi todo lo que llegaba a sus manos.
Lo mismo era el coche de control remoto, una figura de acción de las Tortugas Ninja, un Caballero del Zodiaco o hasta un Power Ranger, eso sin contar las decenas de balones que duraron menos de una “cascarita”.
Con la “delicadesa” que siempre lo caracterizó, mi padre decía: “¡Gustavo, parece que tienes manos de estómago”… Lo demás de la frase se lo dejo a su imaginación.
Era un “Rey Midas” a la inversa, tal como es hoy en día en política Gerardo Islas Maldonado, quien jugó al presidente de partido y terminó echando a perder su juguetito llamado Fuerza por México.
Y es que desde siempre Islas Maldonado es la antítesis del éxito. Basta ver cómo quedó destrozado Nueva Alianza con él al frente.
Qué decir de la pobre Secretaría de Desarrollo Social.
Ya ni hablemos de su labor como diputado local, donde resultó ser uno de los peores que ha visto el Congreso de Puebla.
De su paso como “empresario” de medios de comunicación será mejor no decir nada, pues con contarle que quería que se hiciera una transmisión de radio por internet de los partidos del Puebla, pero sin ir al estadio y sin tener al menos un televisor para ver el juego.
Si de ese tamaño eran sus “ideas” en un medio de comunicación, no me quiero imaginar sus juntas de temas políticos, lo que hace lógico que Fuerza por México hiciera un gran ridículo.
No sé a qué santo se encomienda Islas Maldonado, pero ahora buscará mantenerse en la escena con un bodrio llamado Fuerza Solidaria Progresista, que pinta para ser uno más de sus ridículos.
De regresar a Puebla mejor ni se habla con Gerardo Islas, solo él sabe por qué no pisa suelo poblano.
Canirac se libró de la “experta” en medios
En la entrega pasada le comentaba, amable lector, el caso de la presidenta de Canirac, Olga Méndez Juárez, quien hace un papel extraordinario que no era divulgado por su encargada de prensa, Verónica de la Luz.
Pues resulta que Verónica de la Luz tiene meses que ya no labora con Olga Méndez y, como en todos lados, salió por la puerta de atrás.
Qué tan intrascendente fue su labor que nadie se enteró que ya no estaba más en Canirac…