Aunque la otrora dirigente estatal del PAN, Genoveva Huerta Villegas, mantiene acciones desesperadas para lograr la anulación de la elección interna de este partido, la victoria de la fórmula integrada por Augusta Díaz de Rivera y Marcos Castro es irreversible.
Les comparto mi postura respecto a la jornada del día de ayer. ???????? pic.twitter.com/nE2xdaw8hu
— Genoveva Huerta (@GenovevaHuerta) November 15, 2021
Ante este escenario, será una misión principal de Díaz de Rivera y Castro el recomponer un partido lastimado por todos lados, sobre todo durante la dirigencia de Huerta Villegas, donde se presentaron diversas fracturas.
De entrada, Augusta Díaz de Rivera y Marcos Castro han hecho un llamado a la militancia a dejar atrás el proceso interno y sumarse a un trabajo en conjunto para recuperar a un partido que hoy en día se nota maltrecho.
#Entérate | @Augustadrh invitó a todos los panistas del estado a #construir nuevos cimientos en @PANPUEBLA,???? a fin de levantar nuevamente a este partido.???? https://t.co/eZQehBcxrV
— Imagen Poblana (@imagenpoblana) November 15, 2021
Por principio de cuentas, la nueva dirigencia estatal del blanquiazul deberá abrir sus puertas más a la sociedad, pues con Huerta Villegas el PAN se centró en buscar beneficios para un solo grupo político, lo que lo llevó a derrotas electorales.
De la misma manera, la nueva dirigencia tendrá que reconquistar a muchos militantes que han salido decepcionados del PAN, pues han visto un partido que ha pisoteado sus derechos y en muchos casos los ha minimizado.
También deberán presentarse investigaciones a diversos actos que provocaron fracturas al interior del partido, comenzando con una presunta venta de candidaturas que se habría llevado a cabo por la dirigencia pasada.
En este tenor, Díaz de Rivera y Castro deberán abrir la posibilidad de que cuadros verdaderamente competitivos e identificados con el PAN compitan por alguna candidatura y no caer en designaciones unilaterales como sucedió con Huerta Villegas.
Un tema que no es sencillo es atraer a nuevos militantes, pues la sangre nueva panista también ha quedado decepcionada por la manera en la que se trabajó en el partido, provocando una mala imagen entre los jóvenes.
La tarea no es fácil para Augusta Díaz de Rivera y Marcos Castro, por lo que deberán caminar con pasos firmes en la nueva encomienda que asumirán al frente del PAN.