Meta, la empresa de Mark Zuckerberg antes conocida como Facebook, pretende innovar el ámbito de la robótica, de manera puntual en la detección táctil de las máquinas por medio de una especie de fina piel sintética llamada ReSkin, que reproduce el tacto a nivel humano en el mundo físico.
De acuerdo con RT, Meta quiere dotar de tacto a los robots, ya que la empresa pretende construir su metaverso con experiencias de realidad aumentada, realidad virtual y realidad mixta con sensaciones como en el mundo real, y aunque las piezas robóticas pueden ser dotadas de conocimientos audiovisuales mediante un modelo basado en la inteligencia artificial, la carencia de sensibilidad táctil supone un freno para los planes de Zuckerberg.
Por ello, la división de inteligencia artificial de Meta desarrolló ReSkin, una piel sintética de entre dos o tres milímetros de grosor, lo suficientemente duradera para ejecutar más de 50,000 interacciones físicas. La piel está hecha de un elastómero deformable al que se le han añadido partículas magnéticas.
Estas partículas generan señales que son registradas y traducidas en datos útiles, como el punto de contacto y la cantidad de fuerza aplicada. Meta afirma que ReSkin es capaz de detectar una fuerza de tan 0.1 newton en objetos de hasta 1 milímetro de grosor, lo cual puede ser de utilidad para la NASA, que desarrolla robots semiautónomos para ejecutar tareas en el espacio.
Además, la producción de ReSkin cuesta menos de seis dólares, y la empresa refiere que el costo puede reducirse con la producción en masa de la piel. También es fácil de sustituir, pues puede quitarse con facilidad y colocar una nueva. Este producto puede aplicarse sobre brazos robóticos y brazos humanos mientras se efectúan tareas cotidianas para recoger datos críticos para el entrenamiento de modelos de inteligencia artificial.
Asimismo, Meta afirma que ReSkin puede ser aplicada a otros sensores que registran señales visuales y sonoras para crear conjuntos de datos multimodales. Los expertos la emplearon en brazos robóticos que manipulaban frutas blandas para demostrar su detección táctil.
Por último, ReSkin fue creado en colaboración con la Universidad Carnegie Mellon. Además, esta tecnología es de código abierto y está respaldada por un algoritmo de aprendizaje autosupervisado para facilitar el proceso de calibración.