Ayer, Emilio “L” durmió en una celda del Reclusorio Norte de la Ciudad de México; al mismo tiempo, muchos mexicanos dormíamos probando el comienzo de la justicia. Ayer por la tarde, los del pueblo “de a pie” platicábamos de manera plácida, las miradas se iluminaron cuando se difundieron los gráficos del momento en que el acusado fue esposado, por fin un machuchón pisaba la prisión después de la larga noche neoliberal.
Fue director de Petróleos Mexicanos del 2012 al 2016; su abuelo, Jesús Lozoya Solís, gobernó Chihuahua entre 1955 y 1956 por el PRI y fue muy amigo del tío de Carlos Salinas de Gortari; su padre, Emilio Lozoya Thalman, amigo íntimo de Carlos Salinas, fue director del ISSSTE y secretario de Energía de 1993 a 1994, toda una estirpe de desvergonzados, por lo que no tenía necesidad real de robar y defraudar, se trata de un ambicioso vulgar.
Sobre Emilio L. pesan cargos de corrupción, lavado de dinero y ayer se le sumó delincuencia organizada. Fue detenido en febrero de 2020 mientras paseaba por Málaga; extraditado en julio de ese año, pero no piso la cárcel, gozaba del “criterio de oportunidad” para continuar su proceso penal en libertad a cambio de brindar pruebas suficientes sobre la red de corrupción del sexenio de Peña Nieto. Pero se le acabó el tiempo y también fue acusado de dilación de la justicia por el fiscal Manuel Granados Quiroz, quien magistralmente consiguió la prisión preventiva. Dicho sea de paso, al fiscal ya le apodan “el azote de los mafiosos”, es el mismo que consiguió la prisión para Rosario Robles.
¿Cómo se hacen las grandes fortunas?
Lozoya es la prueba irrefutable de lo que ya decía Marx hace 150 años: la acumulación proviene del robo, la rapiña, el fraude, la mentira, pero nunca del esfuerzo individual. También representa lo podrido del neoliberalismo al que algunos trasnochados siguen añorando. Defraudó al erario en múltiples ocasiones, no le importó robar a la nación ni traicionar a la Patria.
1.- Emilio L. Participó en la estafa de Agronitrogenados en la cual el Estado mexicano compró una planta de fertilizantes quebrada a Alonso Ancira Elizondo, un magnate beneficiado por el neoliberalismo cuando Carlos Salinas le vendió a precio de remate la empresa pública Altos Hornos de México.
2.-Cuando Emilio L. dirigió PEMEX el robo de combustible creció exponencialmente, lo que hace suponer un contubernio entre los grandes capos del huachicol y la directiva de la paraestatal.
3.- También en ese periodo, la producción de PEMEX cayó de forma histórica, en esta misma columna denunciamos los malos manejos que eran inexplicables en términos económicos, en su momento afirmamos: “o Lozoya era un mal administrador o un traidor a la Patria”.
4.- En 2016 se descubriría que Emilio L. quiso quebrar intencionalmente a PEMEX para beneficiar a la empresa brasileña Odebrecht (hoy Novonor). Los directivos de esta empresa declararon en Estados Unidos la forma en que repartieron sobornos a por lo menos 10 países latinoamericanos para obtener contratos. En el caso particular de México afirmaron que entregaron a Lozoya 10 millones de dólares.
5.- Si parece mucho dinero el que gastó Odebrecht en sobornos habría que revisar sus jugosas ganancias, considerando los sobornos, su tasa de retorno variaba entre el 756% en Argentina y 177% en República Dominicana; en México por cada peso que “invirtió” en sobornos obtuvo el 354% de utilidades, como se muestra en la gráfica 1. ¿Alguien puede dudar que los grandes capitales están por encima de los Estados-Nación?
Elaboración propia con datos del Departamento de Justicia de EE.UU.
¿Qué tan necesario era el criterio de oportunidad para Lozoya?
Las investigaciones que llevó a cabo la Fiscalía de Estados Unidos sobre Odebrecht develaron que la empresa brasileña entregó sobornos a funcionarios mexicanos entre 2010 y 2014, lo que involucra el sexenio de Felipe Calderón. Se trata de una red de complicidades muy bien tejidas entre el PRIAN. Si Emilio L. aporta pruebas suficientes podría llevar a prisión a los expresidentes, por ello era tan importante mantenerlo como testigo, lastimosamente no cooperó, ojalá la prisión le cambie de parecer.
Mientras tanto, nos quedamos con las sonrisas del miércoles. No se nos va a olvidar que uno de los grandes mafiosos este en prisión. Poco a poco se acerca la hora de los pueblos, como decía el gran Quilapayún: ¡Qué la tortilla se vuelva, que los pobres coman pan y los ricos mier…coles como el de ayer!
*Profesor-Investigador Universidad de Quintana Roo
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
Twitter: @BandalaCarlos
Foto: Proceso