Visitas a panteones y sus creencias populares

Visitas a panteones y sus creencias populares

Foto: Enfoque

Estamos en plena temporada de muertos y con esto llega una mayor afluencia de gente a los panteones, a fin de recordar y llevar unas flores a todos esos seres queridos que han trascendido a la inmortalidad.

 

El acudir a un camposanto en estas fechas es ley en la gran mayor parte de las familias mexicanas; sin embargo, estas visitas van de la mano de diversas creencias populares que se ven en muchos mexicanos en los panteones.

 

Comencemos con el tema del llamado “mal aire”, que se coloca como una de las creencias más populares y que consiste en pescar un malestar físico gracias al viento que sopla en los camposantos.

 

 

 

 

Dicen muchas personas que el aire de los panteones es malo para los vivos y esto se manifiesta con mareos o una baja de presión, por lo que se tiene la costumbre de encender un cigarro antes de entrar al panteón o arrojarle el humo del cigarrillo a la persona que pescó el “mal aire”.

 

Los bebés son tema recurrente en las visitas a los panteones, pues muchos de los mitos van de la mano con la de por sí mala idea de llevar a un recién nacido a un camposanto.

 

Una de las creencias dice que los bebés no deben ir a los panteones, pero en caso de que no exista otra opción deben ir untados con alcanfor, llevar un ajo y ser rociados con loción “7 machos”, para evitar cualquier daño espiritual.

 

De la misma manera, si hay bebés en casa y algún adulto acude al panteón, este debe voltear su ropa al revés, a fin de que ninguna ánima mala le “chupe” el alma al pequeño.

 

Otro de los grandes mitos es que una mujer embarazada no debe acudir al panteón pues el antes referido “mal aire” puede provocar daños a la gestación de su bebé, algo que por supuesto no tiene sustento científico.

 

Hay otras creencias que chocan con algunas costumbres que tienen los mexicanos en diversas partes del país, como es el hecho de que no se debe comer en un panteón porque se nos irá “chueca” la boca o que no debemos pasar la noche en un camposanto.

 

Lo anterior sí se hace en diversas regiones de México, donde incluso familias completas acuden al panteón durante toda la noche e ingieren alimentos, algo que jamás les ha causado daño alguno y es tomado como una manera de estar cerca de su ser querido.

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