Récords Guinness reconoce a animalistas por reconstruir el caparazón de una tortuga

Récords Guinness reconoce a animalistas por reconstruir el caparazón de una tortuga

Foto: Facebook

Animal Avengers, un grupo de voluntarios brasileños que se dedica a la implantación de prótesis en animales, ingresó al Libro Guinness de los Récords por reconstruir e implantar con éxito en 2016 el primer caparazón de tortuga impreso en 3D, por lo cual, los nombres de cada uno serán escrito en la edición 2022 del citado libro.

 

De acuerdo con medios locales, la tortuga beneficiada se llama Fred, una hembra de especie terrestre que fue rescatada por los Animal Avengers en muy malas condiciones físicas, ya que perdió casi todo su caparazón durante un incendio ocurrido cerca de Brasilia en 2015.

 

Tras ser encontrada, la tortuga fue llevada a una clínica especializada en animales silvestres en la capital brasileña. Allí Fred fue diagnosticada con dos episodios de neumonía, las cuales superó, además tenía larvas de insectos en la zona dorsal en la que su caparazón fue destruido, mostraba signos de deshidratación y desnutrición, ya que llevaba alrededor de 45 días sin alimentarse.

 

En tanto, Cícero Moraes, un diseñador del Instituto Tecnológico de Massachusetts, comenzó a fabricar la prótesis que más tarde recibiría el reptil. Para ello solicitó fotografías de Fred y de la tortuga terrestre que uno de sus amigos tiene como mascota, a fin de tener una referencia sobre las dimensiones y la forma como debía lucir.

 

 

Al respecto, Moraes dijo a los Récords Guinness: "Hicimos la reconstrucción a partir de las fotos. Lo más difícil fue dividir esa prótesis en cuatro partes. Nunca lo habíamos hecho y no podíamos equivocarnos. La impresión en 3D fue un proceso extremadamente complejo", que requirió de un mes de trabajo.

 

Cuando el diseñador terminó el modelo lo envió a la clínica para que fuera implantado por cirujanos veterinarios especialistas. "En cuanto la tortuga volvió de la anestesia, su primer movimiento fue esconderse en el caparazón, eso fue una prueba concreta de que el proyecto funcionaba. Todo el mundo estaba muy contento", dijo el diseñador.

 

Sin embargo, la prótesis era blanca, por lo cual un ingeniero se dio a la tarea de pintarla siguiendo los patrones y los colores propios de las tortugas terrestres, dándole un acabado realista. Desde 2016, Fred vive con uno de los veterinarios que le brindó primeros auxilios cuando fue rescatada.

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