
Este 22 de septiembre se celebra el “Día Mundial sin Auto”, fecha que tiene como principal objetivo disminuir el uso de automóviles para crear consciencia sobre la contaminación que se genera con estos vehículos.
Aunque es una realidad que gran parte de los problemas ambientales que se viven en las grandes urbes es consecuencia del uso del automóvil, lo anterior se ve opacado por la necesidad de usar este medio de transporte en estos tiempos de pandemia.
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— Imagen Poblana (@imagenpoblana) September 20, 2021
Con dificultad circulan vehículos en la 20 Oriente y 2 Norte, debido a un bache que abarca media calle.
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Es un hecho que lo mejor sería usar otro medio de transporte para poder ayudar a mitigar los efectos ambientales del uso del automóvil, pero con el COVID-19 amenazando constantemente, abordar el transporte público no es algo viable.
De acuerdo con datos de Moovit, tan solo en México el uso del transporte público tuvo un desplome del 50 % por la pandemia de COVID-19, aumentando en un 11 % el uso de automóvil particular entre los mexicanos.
Incluso, solo el 3 % de los mexicanos que participaron en este estudio de Moovit refirieron sentirse seguros de no resultar contagiados de COVID-19 en el transporte público.
Y es que en la presente crisis sanitaria resulta más seguro para toda la sociedad abordar su propio vehículo que usar el transporte público o cualquier otro medio para trasladarse a sus empleos, escuelas u otras necesidades.
El temor a un contagio en el transporte público es justificado en ciudades como Puebla, donde no se respetan las medidas de prevención y la sana distancia en este servicio público, lo que genera inseguridad entre la sociedad.
Dejar de usar un automóvil propio implica arriesgarse a abordar una unidad del transporte que circule a su máxima capacidad y con personas que no respetan las medidas de prevención, convirtiéndose en caldo de cultivo para un contagio.
Incluso, personas que no cuentan con automóvil propio prefieren viajar en un servicio de taxi de plataformas, a fin de no arriesgarse a un contagio en unidades de transporte como taxis convencionales o servicio público.
El uso de otros medios de transporte como la bicicleta resulta inviable en ciudades como Puebla, donde ni los ciclistas ni los automovilistas tienen la cultura necesaria para respetarse mutuamente, lo que provoca muchas veces graves accidentes.