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Durante 2015, en algunos pueblos de Argentina y Uruguay aparecieron cientos de gigantes telarañas que los pobladores denominaban “babas del diablo” o “sábanas”, lo misterioso es que este fenómeno aparecía en zonas inundadas, ahora por fin el misterio fue descifrado.
De acuerdo con el portal Infobae, que cita el medio La Diaria, investigadores de Argentina y Uruguay resolvieron el misterio de las telarañas en su estudio: “Massive spider web aggregations in South American grasslands after flooding” (Agrupaciones masivas de telarañas en pastizales sudamericanos después de las inundaciones).
Su investigación refiere que este fenómeno es producido por arañas que viven cerca de los ríos y que escapaban de las inundaciones, pues para huir estos arácnidos tejen las gigantes telarañas, a fin de no ser llevadas por la corriente de las aguas.
Asimismo, en solo un metro cuadrado analizado en Uruguay los expertos encontraron más de 1,000 arañas de 30 especies diferentes. Lo sorprendente es que en Lezama, Argentina, las especies encontradas fueron casi las mismas.
Respecto a su forma de escape, los científicos lo han llamado “ballooning”, una “forma de volar”. Para ello, los arácnidos se trasladan hasta el punto más alto que encuentren, esperan a que haya un poco de viento, se paran en punta, irguen el abdomen y dejan caer un hilo de seda hasta que se elevan, cual cometa llevado por el aire. De esa forma, las arañas pueden desplazarse cientos de kilómetros y elevarse más de 1,000 metros.
Según el equipo de científicos, las arañas pueden hacer “ballooning” gracias al campo eléctrico de la atmósfera, aunque no están del todo claros los mecanismos que usan para hacerlo. Asimismo, afirman que se mueven por la tierra, pero también pueden desplazarse por el aire, por lo cual pueden sobrevivir en ese tipo de ambientes.
Aunque lo más sorprendente para los científicos fue el uso masivo del “ballooning”. La conclusión a la que llegaron fue que las arañas intentaban encontrar las áreas altas y saltaban desde ahí, huyendo de las aguas. Y en los intentos fallidos iban dejando rastros de telas de araña y fue así como surgió el manto
