Un terrier alemán de dos años llamado Pablo se extravió el 26 de agosto en los Alpes de Saboya, Francia, mientras acompañaba su familia de vacaciones desde Italia, sus dueños no pudieron encontrarlo a pesar de que lo buscaron; pero cuando se estaban resignando a no ver más a su amigo, el fiel can regresó a casa tras recorrer 380 kilómetros hasta Bezouce, donde viven sus dueños.
De acuerdo con el portal Digichat.info, Pablo se perdió mientras viajaba con Catherine y Roger, sus dueños, en Saint-Martin-de-Belleville en los Alpes de Saboya (Francia). La pareja decidió detenerse a descansar cuando volvían a Francia desde Italia, donde pasaron las vacaciones con su fiel mascota. Sin embargo, cuando el terrier bajó del carro, echó a correr y se perdió en la oscuridad y no regresó en toda la noche.
Sus dueños relataron que esperaron a Pablo durante varias horas, incluso pasaron toda la noche allí, pero el perro no regresó. Entonces comenzaron a buscarlo en los alrededores, sin éxito, por lo cual la pareja acudió al ayuntamiento de la ciudad para denunciar la desaparición de su mascota. Luego, viajaron a Aind, donde viven unos familiares, a fin de no alejarse mucho del lugar en caso de que Pablo apareciera.
Sin embargo, transcurrieron los días sin noticias de su fiel amigo, y justo cuando Catherine y Roger perdían la esperanza y se resignaban a no volver a ver a Pablo, el perro regresó con ellos sano y salvo, aunque muy cansado.
Según medio locales que publicaron la historia, una persona que cuidaba la casa en Bezouce mientras ellos estaban de viaje, comunicó que encontró al perro en la entrada de la casa, ubicada a unos 380 kilómetros de distancia de Saint-Martin-de-Belleville, donde se perdió.
El cuidador del inmueble les envió a Catherine y Roger una foto de Pablo, en la que se veía bastante sucio y demacrado, pero vivo y a salvo. “Entonces reconocía a Pablo, y no lo podía creer, fue un momento de verdadera felicidad”, dijo el dueño del perro a los medios.
Tras la noticias la pareja volvió a casa, felices por volver a reunirse con su mascota. Y le colocaron a Pablo un collar con GPS para que en caso de perderlo, saber dónde se encuentra y actuar de inmediato.
Respecto a cómo volvió a casa y las aventuras o desventuras que vivió, es un misterio guardado en la memoria de Pablo, que seguramente no podrá olvidar esos casi 400 kilómetros de viaje en tan solo tres días.