Aunque en fotografías luzca sonriente, sobre todo ahora que ya fue a conocer su curul en el Congreso de la Unión, la presidenta estatal del PAN, Genoveva Huerta Villegas, pasa momentos de ira derivados por las malas acciones cometidas al frente del partido blanquiazul.
Y son los alcaldes electos de Puebla y San Andrés Cholula, Eduardo Rivera Pérez y Edmundo Tlatehui, respectivamente, los dolores de cabeza de Huerta Villegas.
Tanto Lalo como Mundo han mostrado que la imposición manejada por Genoveva Huerta no tiene cabida en sus respectivos equipos con los que asumirán sus cargos.
Rivera Pérez ha comenzado nombramientos de personajes cercanos en diversas secretarías, dando entrada a algunos priistas destacados y dejando de lado posibles perfiles impuestos por Genoveva Huerta.
Lo que seguramente más coraje le estaría causando a Huerta Villegas es la posibilidad de que Jesús Zaldívar Benavides esté entre los candidatos a llegar a la Secretaría de Gobernación Municipal, pues es de todos conocido que el dirigente municipal del PAN no es del agrado de Genoveva.
Y de lado de San Andrés Cholula las cosas no son diferentes, pues Edmundo Tlatehui, quien en ningún momento contó con el apoyo de Genoveva Huerta previo y durante la campaña, está uniendo voces que fueron calladas por la dirigente panista.
Ejemplo de lo anterior es que Blanca Jiménez Castillo, quien fue ignorada por Genoveva Huerta en la búsqueda de la candidatura por San Andrés, y Raymundo Cuautli, quien se siente traicionado por la dirigente blanquiazul, están a nada de llegar al equipo de Tlatehui Percino.
Con estas situaciones se puede decir que no solo MORENA perdió dos de los municipios más importantes de Puebla, sino que la gran derrotada es ni más ni menos que Genoveva Huerta Villegas.
A veces, amable lector, los ataques por la espalda se pagan más rápido de lo que uno piensa.
Y siguiendo con temas panistas, la renovación de la dirigencia estatal sigue dando de qué hablar, situación que ya se ha comentado en este espacio.
Algo que se debe señalar es que resulta increíble que, así como no hay ninguna mujer que alce la mano para pelear con Genoveva Huerta por la dirigencia estatal, tampoco exista una figura masculina capaz de hacer una crítica de altura sobre lo que sucede en el PAN.
Es preocupante que el panismo no cuente con un perfil que pueda unir voces masculinas y femeninas, logrando acuerdos que lleguen hasta el Comité Nacional.
El último panista con este perfil y con pantalones sin duda fue Luis Olmos Pineda, quien lamentablemente hace unos meses perdió la batalla contra el cáncer.