Enya Egbe, un estudiante nigeriano de medicina, encontró a su amigo desaparecido en el lugar menos esperado: su clase de anatomía; estaba a punto de ser diseccionado, luego de buscarlo durante varios días en las comisarías tras ser arrestado por la policía cuando volvía de una fiesta.
Los hechos datan de hace siete años, pero recién fueron difundidos gracias a que el periodista Adaobi Tricia Nwaubani reconstruyó las acciones tras el encuentro que tuvo con Egbe, quien en ese entonces era estudiante de medicina.
De acuerdo con el relato, el ahora médico, que estudiaba en la Universidad de Calabar, Nigeria, donde sucedieron los hechos, debía diseccionar un cadáver como parte de una práctica, y al retirar la sábana que lo cubría descubrió que aquel cuerpo era su amigo Divine, desaparecido días antes.
Según refirió Egbe, su amigo fue arrestado por la policía cuando regresaba a su casa de una fiesta, entonces su familia y él comenzaron a buscarlo en las comisarías de Calabar; sin embargo, no lo encontraron hasta que el cadáver fue a dar a la universidad, en las manos de su mejor amigo, que al descubrirlo echó a llorar y abandonó la clase.
Este caso pone en evidencia el destino de las víctimas de violencia policial en Nigeria; la mayoría de entre 20 y 40 años. Aunque de manera oficial, hasta ahora no se sabe quién o quienes asesinaron al joven, que presentaba dos agujeros de bala en el pecho.
El cadáver de Divine llegó a la universidad ya que en Nigeria, una ley ordena que los cuerpos no reclamados en depósitos de cadáveres del gobierno deben ser entregados a las facultades de medicina.
Al respecto, Adaobi Tricia afirma que la mayoría de los cadáveres son más bien de “sospechosos asesinados a tiros por fuerzas de seguridad”.
.gif)