El pasado lunes, el próximo diputado local Rafael Micalco Méndez dio una rueda de prensa de la que se pueden sacar diversas lecturas de la realidad del PAN poblano.
Es un hecho que pocos están conformes con la gestión de Genoveva Huerta Villegas como dirigente estatal de este partido y la muestra es que Rafael Micalco es uno de los aspirantes a ocupar su lugar.
Elegantemente, Micalco Méndez no quiso evidenciar alguna ruptura en el blanquiazul, pero sí dejó en claro que se necesita escuchar a la militancia, algo que obviamente no ha hecho Huerta Villegas.
Esto debemos resaltarlo, amable lector, pues es una muestra más de las situaciones que han provocado una fractura en el PAN que solo Genoveva Huerta y sus incondicionales no quieren ver.
Y el punto que más debemos destacar es la molestia que hay con los beneficios que Huerta Villegas ha dado a sus incondicionales, especialmente al impresentable Eduardo Alcántara Montiel, próximo coordinador de la bancada local panista.
Micalco Méndez dejó en claro que respeta la designación de Alcántara Montiel, pero que esta decisión debía tomarse por la bancada que estará en el Congreso local, idea en la que seguramente coinciden muchos panistas.
Desde que Alcántara Montiel fue designado coordinador de la bancada, este panista acusado de acoso sexual se regodea en reuniones donde quiere exhibirse como un político ganador, cuando logró su espacio en el Congreso por la vía plurinominal gracias a los agandalles de Huerta Villegas.
Sí, el PAN poblano está muy fracturado y lo que se viene en la renovación de la dirigencia estatal será una guerra de lodo donde Genoveva y sus incondicionales serán los principales protagonistas.
La idea de Huerta Villegas, más que inteligente luce desesperada, pues parece que solo está alimentando más el coraje que hay de los panistas hacia ella, situación que le explotará antes o durante la renovación de la dirigencia estatal
Sin decir nada, Rafa Micalco lo dijo todo.