Generación “mazapán”, una preocupación

Generación “mazapán”, una preocupación

Amable lector, en esta ocasión quiero ocupar este espacio para expresar una gran preocupación que ha crecido en los últimos días.

 

La llamada “Generación de cristal”, que en lo personal me gusta más llamarla “Generación mazapán”, nos está llevando directo a un problema mayor en lo que a la pandemia se refiere.

 

Cuando hablo de esta generación, no solo me refiero a los jóvenes de 15 a 29 años, sino a los que van de los 30 a los 45, aproximadamente, que increíblemente han dado argumentos francamente estúpidos para justificar sus decisiones.

 

Le cuento, de compras en un supermercado esperaba a pasar a la caja y detrás de mí estaba un hombre de aproximadamente 40 años con un muchacho de 20 años hablando de la vacuna anticovid.

 

Palabras más, palabras menos, el adulto que se supone debe tener una mayor madurez dijo lo siguiente:

 

“Ni madres, yo no me voy a ir a poner la segunda dosis de la vacuna. Me dolía mucho el brazo y estaba todo cansado. Esa madre que nos pusieron seguro estaba echada a perder. Además, ya con una dosis basta”.

 

El joven secundó esta tontería señalando:

 

“Mi papá me obligó a inscribirme para la vacuna, pero no quiero ir. No creo en la vacuna, yo digo que ya está dicho cuántos deben de morir y va a terminar la pandemia”.

 

Sí, amable lector, aunque usted no lo crea ese es el nivel de ignorancia y “valemadrismo" de la “generación mazapán”, esa a la que le duele hasta un piquete de mosco y le indigna hasta una mirada.

 

Y eso se seguirá reflejando en muchas acciones que este sector de la población seguirá llevando a cabo en esta pandemia, siendo ejemplo claro lo sucedido con los estudiantes que se contagiaron en Cancún.

 

Muchos, y me incluyo, ya estamos hartos de tratar de hacer entender a la gente la gravedad de la situación que vivimos y que puede empeorar con la variante Delta, que ya está en Puebla con dos casos confirmados por el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE).

 

Ojalá y me equivoque, pero estamos en la antesala de un nuevo desastre de salud y en esta ocasión no podremos culpar ni siquiera al “Dr. Muerte” López-Gatell, pues no hemos asumido la responsabilidad que tenemos como ciudadanos y como una generación que se supone está más preparada.

 

Decía el presidente López Obrador en campaña: “Solo el pueblo puede salvar al pueblo”.

 

Pues también solo el pueblo puede hundir (más) al pueblo.