A Julian Assange en su medio siglo de vida, prisionero de
conciencia en Inglaterra por el imperio de las barras y las estrellas.
Fue el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud, de los primeros en advertir sobre los peligros de la infodemia que entonces comenzaba en plena pandemia del SAR-CoV-2 y que colocó al mundo en una crisis sanitaria, económica y sicosocial acaso sin precedente. Ésta última no estudiada ni valorada con rigor.
Puede afirmarse que por ahora, en México, ya pasó lo más intenso de la ofensiva mediática que buscó hacer de la pandemia un campo de batalla político-electoral entre la oposición partidista y empresarial y el gobierno de la Cuarta Transformación, lo cual se logró en buena medida por la transparencia informativa de la Secretaría de Salud y la muy exitosa campaña de vacunación que epidemiólogos distinguidos como Héctor Aguilar Camín apostaron a que tardarían 45 años en lograrla. Y todo porque se acabó la compra de miles de suscripciones a Nexos y Letras Libres, asesorías, becas, libros por encargo y la compra de muchos ejemplares de obras que permitían a Enrique Krauze y el novelista mantener incólumes sus cacicazgos muy rentables.
Concluidas las campañas electorales y con los resultados a la vista de todos para que cada quien los valore al gusto, Va por México, el oligopolio mediático y los intelectuales orgánicos no actúan como la gran fuerza triunfadora que publicitan ser, sino como angustiados buscadores del tema que les permita instalarse mejor en el panorama político del país, por ejemplo, impugnar judicialmente –por fortuna– algunos resultados del 6 de junio, vincular al presidente Andrés Manuel con el crimen organizado –como lo hizo torpemente Salvador García Soto en El Universal del extorsionador Juan Francisco Ealy Ortiz– y el desabasto de medicamentos oncológicos, más publicitario y político que real, como lo documentó Hugo López-Gatell y por ello se le fueron a la yugular al grito de alerta de Sergio Sarmiento, manipulando groseramente lo que dijo el subsecretario de Salud.
Para sortear estos despropósitos surgió el miércoles 30 el espacio semanal dentro de la mañanera, Quién es Quién en las Mentiras de la Semana, mecanismo de réplica del gobierno, a cargo de Ana Elizabeth García Vilchis.
Desacostumbrados como están a un titular del Ejecutivo que como parte de su estilo de gobernar establece políticas y prácticas institucionales sin referente en gobiernos que lo antecedieron, la mediocracia oligopólica y sus empleados reaccionaron encendiendo las alarmas, una buena dosis de altanería y muy poco análisis para rechazar el Quién es Quién en “forma absoluta”, como lo hizo Carmen Aristegui. También redimensionando los errores cometidos por Ana Elizabeth, como apoyarse en la opinión presidencial sobre la irresponsable torpeza cometida por García Soto; tal como lo planteó Denise Maerker en Radio Fórmula. Para no mencionar al funcionario de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que reaccionó con una velocidad no vista en Chile y Colombia, donde manifestantes y periodistas fueron –y son– agredidos y asesinados. Ah, pero Sebastián Piñera e Iván Duque son excelentes aliados de la Casa Blanca.
Maerker justificó las campañas sistémicas contra AMLO con el argumento de que “todos cometemos errores”, incluso el presidente, al que le contabilizó más de 500 000 en 30 meses. La diferencia señora es que Obrador se corrige así mismo: “No soy infalible”, dice. Mientras Televisa y Radio Fórmula, corporativos para los que usted trabaja, no lo hacen y niegan el derecho de réplica.
Acuse de recibo
Última parte del comentario del doctor Víctor Ramos Plascencia: “Por primera vez en la historia de México, y tal vez del mundo, un estadista lleva a la práctica su postulado de la separación del poder económico del Estado. Más allá del presidente López Obrador está la escuela que está señalando y que deberán seguir los siguientes mandatarios de muchos países en ese intento que parecía imposible, separar el poder económico del Estado. La historia nos enseña cuán difícil fue separar la iglesia del Estado. Pero separar el poder económico, desde la época de los humanistas franceses Montesquieu o Rousseau o la Utopía de Moore o aun la república de Platón, parecía un concepto irreal. Seguirá siendo una tarea de titanes, pero respondiendo al antiguo dicho mexicano ‘A ver de qué cuero salen más correas’ hemos iniciado el camino y la nación mexicana no deberá ceder ante la injusticia de milenios”… Para leer en http://www.forumenlinea.com/: Enlace a Arnoldo Martínez Verdugo. Obra de un dirigente comunista (Elba Pérez). Asesinan al yaqui Luis Urbano Domínguez Mendoza, defensor del agua (Víctor Ramos). “Rudeza involuntaria”, la de Eduardo Ibarra Aguirre (Arturo Sandoval)… Para donar a Forum: BBVA 04 44 05 27 81; en Oxxo, Walmart y otras: 4152 3135 0925 7205, a nombre del redactor.
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