Los que me conocen saben que no son de mi agrado los llamados “youtubers”, al menos la mayoría de ellos, pues fomentan una libertad convertida en libertinaje que no abona a la formación de la juventud.
Y es precisamente la juventud mexicana la que más resulta afectada por estos personajes, muchos con dos neuronas en el cerebro, pues hoy en día los “youtubers” son modelos a seguir.
El caso de Yoseline N., mejor conocida como “YosStop”, debe ser una llamada de atención para los jóvenes y padres de familia sobre los riesgos que conlleva el usar la libertad de expresión para afectar a terceros.
Hay voces que se han indignado con la detención de esta “youtuber” por pornografía infantil; sin embargo, la captura de “YosStop” está más que justificada y debe ser sancionada por la ley.
Esta mujer aceptó abiertamente en su canal de YouTube que tiene material pornográfico de Ainara Suárez, que fue víctima de abuso sexual a sus 17 años por un par de pervertidos que siguen prófugos de la justicia.
Es decir, aceptó que tiene en su poder pornografía infantil. ¡Ya ven como muchos “youtubers” tienen dos neuronas!
Y no solo eso, calificó a esta joven de “puta” y casi casi señaló que se merecía el abuso sexual perpetrados en su contra.
No, amable lector, “YosStop” no es una víctima y debe pagar por su delito. Como tampoco son víctimas todos esos “youtubers” que abusando del poder que los nuevos medios de comunicación dan, han denigrado y atacado a muchas personas impunemente.
Sí, hoy en día da coraje escuchar a muchos adolescentes y jóvenes tener como máximo sueño el ser un “youtuber”, un “influencer”, a fin de poder hacer y deshacer a su antojo sin importar el daño moral que pueden causar.
Lo que también debe tomarse como lamentable es que solo “YosStop” esté presa en estos momentos, pues también parece una medida mediática de las autoridades para ocultar su ineficiencia a la hora de capturar a quienes violaron a la mencionada joven.
Mientras medio México se desgarra las vestiduras por “YosStop”, hay un par de “cerdos mirreyes” gozando de libertad, sin recibir el castigo merecido por las bajezas cometidas en contra de una menor de edad.