Para Derrick Rossi, uno de los fundadores del laboratorio Moderna, que desarrolló una de las vacunas más efectivas contra el COVID-19, el virus que originó la crisis sanitaria escapó de un laboratorio de Wuhan, epicentro de la pandemia.
El también galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, afirma que la postura de China respecto del origen del COVID-19 no es verídica. “No tenemos pruebas en ningún sentido, pero este virus es tan diferente al de los murciélagos que me parece improbable que haya sido un salto natural”, dijo Rossi en entrevista para el diario español El Comercio.
Incluso va más allá en sus declaraciones: “Es un hecho que un laboratorio en Wuhan trabajaba con él y yo estoy convencido de que salió de allí, que se les escapó. No creo que haya sido deliberado, simplemente estaban estudiándolo y hubo un accidente. China lo niega, claro, pero es la explicación que veo más lógica”.
Además, Rossi considera probable que la humanidad enfrente nuevas pandemias en el futuro y espera que el mundo esté preparado, no como en esta ocasión, cuando a todos los tomó por sorpresa. Incluso es optimista, ya que cree que “habrá tecnologías que aún desconocemos que nos ayudarán”, enfatizó.
Respecto de las posibilidades de que las vacunas pongan fin a la epidemia, Rossi dijo que es probable que se deba inocular a la población regularmente a causa de la mutación que experimentan los virus, pues de hacerse endémico habría que suministrar una nueva dosis cada dos años. “Lo bueno de la tecnología del ARN mensajero es que, rápidamente, somos capaces de adaptarnos también a él, así que soy optimista”, concluyó.
El debate sobre el origen del COVID-19 continúa, ya que el mundo científico exige a China que transparente y permita una inspección global y sin restricciones al Instituto de Virología de Wuhan, pues para muchos pudo ser el lugar donde se propagó el coronavirus de manera accidental. Sin embargo, Beijing ha negado las acusaciones y asegura que el patógeno se propagó de forma natural en mercados de comida de esa ciudad de la provincia de Hubei.
Asimismo, se les prohibió a los médicos de Wuhan hablar sobre el virus, incluso a los científicos que trabajan o desarrollaron tareas en el Instituto de Virología se les hizo firmar un documento de confidencialidad, el cual prohíbe hablar sobre lo que ocurre allí dentro.
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