La tirolesa estaba dentro de una finca privada y los niños estaban en presencia de los padres. No se sabe quién está detrás de la construcción de la tirolina.
Un domingo por la tarde parece una buena ocasión para reunirse con los amigos, y si hay hijos de por medio, una oportunidad para que jueguen juntos. Ese fue el plan inicial de una familia madrileña que se había reunido el domingo 27 de junio en una finca privada de la localidad madrileña de Chinchón. Sin embargo, lejos de pasar un buen rato, el desenlace acabó en tragedia.
Un niño de 10 años que se encontraba jugando junto a otros chicos de su edad murió al caerle encima un murete de ladrillos en el que había colocado una especie de tirolesa casera. Según han confirmado a Sputnik fuentes de la Guardia Civil, se desconoce quién estuvo detrás de la construcción y lo tachan de accidente. "Hacemos una investigación siempre y cuando hay una muerte de por medio, pero eso no significa que recaiga ninguna responsabilidad sobre las personas que lo hayan hecho, todo apunta que ha sido un accidente".
Fueron los padres quienes llevaron al menor al centro de salud de Colmenar de Oreja, donde los sanitarios iniciaron las maniobras de reanimación cardiopulmonar ya que se encontraba en parada. Hasta allí se desplazaron sanitarios de una UVI del Summa 112, que prosiguieron con las maniobras, aunque finalmente solo pudieron certificar el fallecimiento.
El cuerpo del menor ha sido trasladado hasta el Instituto Anatómico Forense de Aranjuez, donde le será realizada la autopsia. Agentes del equipo de Guardia Civil de la Policía Judicial de Valdemoro se han hecho cargo de la investigación accidental del menor.
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