Un huevo de gallina de hace mil años fue descubierto en Israel. Se trata de uno de esos que se nos rompen en la bolsa del supermercado, pero este se ha conservado gracias a estar envuelto en… excremento.
"Incluso hoy en día, los huevos rara vez sobreviven por mucho tiempo en los cartones de los supermercados. Resulta increíble pensar que este es un hallazgo de mil años de antigüedad", manifestó la arqueóloga Alla Nagorsky, directora de la excavación en la ciudad de Yavne, donde se hizo el descubrimiento.
De acuerdo con Nagorsky, "la conservación única del huevo se debe evidentemente a las condiciones en las que yacía durante siglos, enclavado en un pozo negro que contiene desechos humanos blandos que a su vez lo preservaron".
EXTRAORDINARIO HALLAZGO
Los arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) anunciaron este miércoles el hallazgo del huevo durante trabajos de excavación en la ciudad de Yavne, al sur de Tel Aviv.
El huevo de gallina estaba dentro de un pozo de aguas residuales domésticas que se remonta al período islámico. Supieron datarlo porque también descubrieron en el mismo lugar tres muñecas hechas de hueso, típicas del período abasí, desde el siglo séptimo hasta el décimoprimero, y también una lámpara de aceite.
Lee Perry Gal, arqueóloga experta en aves de corral en el mundo antiguo de la AAI explicó que "también se conocen fragmentos de cáscara de huevo de períodos anteriores, por ejemplo, en la ciudad de David y en Cesárea y Apolonia, pero debido a la frágil cáscara del huevo, los huevos de gallina casi no se han conservado enteros".
Perry Gal también explicó que en las excavaciones ocasionalmente se encuentran huevos de avestruz antiguos, cuyas conchas son más gruesas, razón por la que se conservan intactos. Sin embargo, aseguró que este frágil huevo de gallina "es un hallazgo muy raro, incluso a nivel mundial".
El huevo se preservó durante todos esos años, según los expertos, no se rompió ni se pudrió, porque fue depositado en un servicio, así, el huevo puesto por una gallina en Yavne hace unos mil años, pasó siglos envuelto en excremento suave que le proporcionó las condiciones anaeróbicas adecuadas para que, un milenio más tarde, un grupo de arqueólogos se quedaran con la boca abierta al descubrirlo.
De acuerdo con la experta en aves, los pollos antiguos encontrados en la región, así como sus huevos, eran más pequeños que los modernos y estos animales suponían una parte importante de la dieta proteica de los antiguos judíos y, más tarde, de los antiguos musulmanes, ya que ambas religiones prohíben consumir carne de cerdo.
"Las familias necesitaban un sustituto de proteínas ya listas para consumir, que no requiriesen enfriamiento ni conservación, y lo encontraron en los huevos y la carne de pollo", dijo Perry Gal.
INTACTO, PERO CASI VACÍO
El huevo se encontró casi vacío. A pesar de la extrema precaución con la fue retirado del pozo, el huevo, sin embargo, fue restaurado en el laboratorio de productos orgánicos de la AAI por el conservacionista Ilan Naor.
"Desafortunadamente, el huevo tenía una pequeña grieta en la parte inferior, por lo que la mayor parte del contenido se había filtrado ya. Solo quedaba parte de la yema, que se conserva para realizar futuros análisis de ADN", según el comunicado oficial del cuerpo de arqueólogos.
Los expertos aún no están seguros de cómo el huevo terminó en el pozo negro e imaginan que nunca sabrán la verdadera razón, pero eso no les empaña la alegría del infrecuente hallazgo, y señalaron además que excavar en una letrina de hace un milenio no es tan malo como suena, tras tanto tiempo los residuos se convierten en tierra. (Sputnik)