La zona arqueológica de Teotihuacán, en el Estado de México, podría perder su declaratoria como Patrimonio Mundial de la Humanidad que la UNESCO otorgó en 1987 debido a construcciones irregulares y trabajos con maquinaria pesada que se llevan a cabo en el sitio.
A través de un comunicado Saúl Alcánta Onofobre, presidente del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), órgano consultivo de la UNESCO, advirtió a las autoridades que estas actividades ilícitas ponen en riesgo los vestigios arqueológicos ubicados en la zona de Oztoyahualco; delimitado como Polígono de protección B.
La advertencia fue remitida el 24 de mayo a Alejandra Fraustro, secretaria de Cultura; Alfredo del Mazo, gobernador del Estado de México; Diego Prieto, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y Jaime Heredia, presidente municipal de Teotihuacán de Arita.
En el llamado de atención se afirma que “las obras de excavación con maquinaria pesada que ahora nos ocupan, amenazan con afectar hasta siete hectáreas de la zona protegida, área en la que se encuentran vestigios arqueológicos habitacionales y monumentales, que además están siendo saqueados”.
De acuerdo con el especialista, las áreas de destrucción se ubican en las parcelas 23 y 19. En la primera, refiere, se encuentran conjuntos habitacionales, plataformas de templos de varios niveles, de un sólo nivel y grutas-cuevas. Mientras que la segunda cuenta con alta presencia de vestigios arqueológicos visibles a simple vista en forma de montículos, los cuales podrían figurar como basamentos piramidales.
Por ello, desde ICOMOS reiteró su postura para cancelar dichas obras ilícitas. “El ICOMOS Mexicano manifiesta su enorme preocupación porque se actúe en consecuencia, apelando a los diversos órdenes de gobierno, a fin de detener la destrucción, permitir la evaluación de las afectaciones por los organismos profesionales autorizados y, en su caso, perseguir a quien o quienes resulten responsables de la destrucción y saqueo de vestigios de patrimonio nacional”.
No es la primera vez que se hace esta observación, pues en marzo de este año un grupo de arqueólogos denunció esta situación al INAH por medio de una carta, en la que pedían que interviniera de inmediato para detener estas obras. El instituto hizo su parte y tras confirmarse la irregularidad de las obras se colocaron sellos de suspensión, además se otorgó un plazo al propietario del predio para regularizarlas.
No obstante, el 30 de marzo se corroboró que los sellos fueron violados y las construcciones continuaron; por ello, el 20 de abril se promovió una denuncia ante el Ministerio Público Federal con sede en Texcoco.
