Llegamos al día en que se festeja a las Madres en el segundo año de pandemia y el recuento no favorece a las Mujeres-Madres. Un fracaso más del gobierno se suma.
Durante este período, en México el coronavirus se convirtió en la principal causa de muerte materna. En datos del Observatorio de Mortalidad Materna, las defunciones maternas se elevaron un 34% en 2020, respecto del año previo, de 695 pasaron a 934. En el mes de enero fue confirmado por el director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud, que 10 mil 504 mujeres embarazadas habían dado positivo en 2020 y al mes de abril de este año, 338 mujeres embarazadas murieron por Covid y 439 se encuentran internadas graves por esta enfermedad, en datos de la Secretaria de Salud.
El impacto de la pandemia ha traído además graves problemáticas en la salud de las Mujeres-Madres, cuyas consecuencias veremos a corto y mediano plazo. La reconversión de hospitales para atender la pandemia ha afectado los estudios de mamografías y Papanicolaou que presentan una caída muy importante y estos son indispensables, para la prevención del cáncer de mama y cervico-uterino, enfermedades ya de por sí prioritarias que de por sí ocupan los primeros lugares como causas de muerte por neoplasias malignas en mujeres.
La atención de otras enfermedades, y qué decir de las enfermedades terminales, fue casi anulada, la falta de medicamentos sigue siendo una constante en todo el servicio de salud pública del país y del estado, y ello incide directa e indirectamente en las Mujeres-Madres.
Hoy muchas aún en espera de que les sea aplicada la vacuna y son las más expuestas a contraer la enfermedad.
Los embarazos en edades tempranas es especialmente grave; el Consejo Nacional de Población (CONAPO) estima que hay mil nacimientos al día de mujeres menores de 19 años. Madres-Niñas que abre sin duda una brecha enorme en el desarrollo de las mujeres y sus repercusiones pronto las sentiremos.
Las diversas violencias que se ejercen al interior de las familias como sabemos, se incrementó en este período de manera exponencial y las afectadas son las Mujeres- Madres, víctimas de violencia psicológica, económica y sexual y viviendo la contingencia con sus agresores. No hubo programas de prevención ni de atención oportunos.
A lo anterior debemos agregar los impactos diferenciados que se presentan en materia de las tareas de cuidados que se han incrementado para las Mujeres-Madres, convertidas también en profesoras -sin serlo- ayudando a sus hijos/as, muchas veces sin conocimientos y sin los medios tecnológicos, en las labores educativas y aun así ya se habla de que 2.5 millones de niñas y adolescentes en el país han dejado la escuela.
Un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI) reporta que la mayoría de Mujeres que son Madres han cargado con el mayor impacto económico de la pandemia. La pérdida de empleos formales ha afectado en mayor medida a las mujeres, y han tenido que sumarse al de por sí altísimo porcentaje de empleos informales que sin ninguna prestación agudiza la de por sí brecha de género en el empleo.
Por si fuera poco, cuántas Mujeres-Madres hoy lloran la pérdida de la vida sus hijos/as por el Covid; pero también por su asesinato en manos de la delincuencia organizada; o por la violencia feminicida; o por el sufrimiento que les provoca la desaparición de alguno de sus hijos o sus hijas y están en la calle buscándolos; y ahora por esa falsa austeridad del gobierno federal que por falta de mantenimiento, negligencia y corrupción, ha provocado el terrible accidente de la línea 12 del Metro de la ciudad de México la semana anterior y la muerte de sus hijos/as.
El gobierno ha demostrado su fracaso y he evidenciado su ineptitud, incompetencia e incapacidad para gobernar.
A un gran número de Mujeres-Madres les ha fallado. Ha ignorado no solo su dolor, las ha abandonado.
No hay políticas públicas para ayudarlas. Muchas de las que había implementadas han desaparecido o han sido desmantelados. La feminización de la pobreza se hace presente por el incremento de la pobreza extrema durante este período. Y la pobreza en las mujeres y en las niñas que la viven, implica una más alta vulnerabilidad a la explotación sexual, la trata de personas y les será más difícil salir de relaciones violentas debido a su falta de ingresos y de recursos.
Los fracasos del gobierno se van acumulando. Ya no hay confianza. Sólo se miran atropellos, retrocesos, contradicciones, desorden.
Está llegando el momento. El 6 de junio todas, todos a votar.
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Palabra de Mujer Atlixco
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