La tragedia por el derrumbe de un puente y un tren de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, que causó 25 muertos y más de 70 heridos, ya deja secuelas en dos grandes liderazgos del oficialismo, cuyas carreras están en riesgo de descarrilamiento.
La jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, y el canciller Marcelo Ebrard son las dos figuras más mencionadas en los corrillos políticos como herederos del presidente Andrés Manuel López Obrador, con aspiraciones a candidatos presidenciales en 2024.
La gobernante capitalina respondió que sería "mezquino" medir las consecuencias políticas del desastre, y Ebrard, principal promotor de esa obra en sus tiempos de gobernante capitalino, se puso a la "entera disposición de las autoridades".
Obra ligada a las izquierdas
El gobierno de la megalópolis ha estado en poder de las izquierdas desde que su llamado "líder moral", Cuauhtémoc Cárdenas, ganó las primeras elecciones a ese cargo en 1997.
Desde entonces, ha sido plataforma de lanzamiento nacional de López Obrador, que la gobernó de 2000 a 2005, de Ebrard (2006-2012), y ahora de Sheinbaum (2018-2024).
Han pasado más de dos décadas desde que la ciudad más progresista del país —por su intensa vida ciudadana y tolerancia cultural—, llevó al Gobierno capitalino a la formación histórica que aglutinó a las "tribus" de izquierdas, alrededor de una plataforma socialdemócrata: el Partido de la Revolución Democrática.
En 2007, López Obrador curaba las heridas de su primera gran derrota sufrida en 2006, promoviendo su libro "La mafia nos robó la Presidencia".
Pero Ebrard había triunfado en la capital y aquel fue su primer año como jefe de Gobierno.
La construcción de la Línea 12 del metro, bautizada como la Línea Dorada, aludía al amarillo sol azteca que ha sido el emblema del partido de centroizquierda, pero también era la marca de su proyecto por la candidatura presidencial hacia 2012.
Otra denominación fue Línea del Bicentenario, porque la inauguración estaba prevista para 2010, en los festejos de dos siglos de Independencia mexicana.
Esa estrategia fue pensada para responder al anhelo de servicio de transporte público decente en la rezagada zona oriental capitalina, el masivo dormitorio de millones de trabajadores de barrios marginados.
El espectro de la Línea 12
El fantasma de las acusaciones por la opacidad y problemas de diseño de aquella obra emblemática creció tanto que el sucesor y correligionario de Ebrard, Miguel Ángel Mancera (2012-2018), rompió con el actual canciller, que estuvo a punto de ir a prisión por las investigaciones.
Primero se autoexilió en París y después en EEUU, en Washington y California, desde 2015 a 2018.
En 2013, Ebrard ya había terminado su mandato, tras perder la candidatura ante la segunda campaña de López Obrador, después de naufragar su candidatura presidencial alternativa con Movimiento Ciudadano (MC, socialdemócrata).
Entonces comenzaron a publicarse irregularidades en la construcción y operación la Línea 12 del metro.
Para lograr una inauguración rápida y menos costosa, se abandonó el trazo subterráneo y un tramo ferroviario se construyó sobre viaductos elevados con puentes, arriba de congestionadas avenidas.
Esa decisión estratégica obligó a desafiantes diseños de ingeniería con inusuales curvas sucesivas, que sufrieron graves fallas, entre temores de descarrilamientos.
En 2013 y 2014 Mancera tomó medidas de emergencia, pero fue inevitable cerrar la mitad de la Línea 12, en marzo de 2014, durante seis meses.
Acusaciones y autoexilio
Después de una caótica presentación del informe de una Comisión Investigadora de la Línea 12 en la Cámara de Diputados, en 2015, Ebrard fue demandado penalmente por incrementar el costo de la obra, de unos 660 a 1.250 millones de dólares, entre otras acusaciones.
El actual canciller denunció una persecución política y se marchó del país.
López Obrador le lanzó a Ebrard una tabla de salvación desde su nuevo barco, el Movimiento de Regeneración Nacional, que para entonces parecía un bote de sobrevivientes de dos naufragios (2006 y 2012), y prefirió el autoexilio.
Cuando regresó a principios de 2018 dijo a la revista Proceso: "No es que me haya ido de México, sino que no me dejaron ser ni diputado suplente".
Habló del fantasma que lo ha perseguido: "No se encontraron elementos en mi contra que justificaran las afirmaciones que se hicieron; si no, yo no podría estar en México y menos haciendo política de oposición (…); en un futuro se va a tener que aclarar: qué se le hizo, qué pasó, si es segura, si no es segura" la Línea 12, zanjó.
La noche de la tragedia el canciller escribió en su cuenta de Twitter: "Lo ocurrido hoy en el Metro es una terrible tragedia. Mi solidaridad a las víctimas y sus familias. Por supuesto deben investigarse causas y deslindarse responsabilidades. Me reitero a la entera disposición de las autoridades para contribuir en todo lo que sea necesario".
La empresa noruega DNV (Det Norske Veritas) será la empresa encargada de realizar el peritaje internacional del derrumbe del Metro. Esa firma dictaminó la explosión de la plataforma petrolera Deep Water Horizon, de British Petroleum en 2010. (Sputnik)