Hoy se cumplirán nueve días continuos de protestas en Colombia. Hay diferentes convocatorias para salir a marchar y continuar el “paro nacional”. La intensidad de violencia ha aumentado y las imágenes de los grupos policiacos disparando abiertamente contra la población le dan la vuelta al mundo, pero ¿qué ocurre en la nación sudamericana y por qué debemos tomarlo como lecciones para nuestro país?
Algunos dirán que todo comenzó la semana pasada, cuando movimientos sociales y sindicales convocaron a un paro para protestar contra la iniciativa de Reforma fiscal que el presidente Iván Duque envió al congreso. Esta reforma no fue ocurrencia de Duque, que en su país tiene la fama de tener el cerebro de cacahuate, un Peña Nieto cualquiera. Por lo tanto, algunos otros dirán que todo comenzó hace 40 años, cuando la dictadura neoliberal se impuso en Latinoamérica. Duque es realmente el títere de los grupos económicos que verdaderamente gobiernan en Colombia.
Colombia sigue siendo un país neoliberal y por tanto sigue aplicando la receta impuesta por el Fondo Monetario Internacional desde Washington, por eso no es extraño que mientras se reportan ya más 37 muertos, 550 detenidos y miles de heridos, no haya ningún pronunciamiento oficial de la Organización de Estados Americanos (OEA), ni de la cancillería de los Estados Unidos. Recordemos que por menos que esto en 2017, 16 países formaron el grupo de Lima para intentar sacar del poder a Nicolás Maduro en Venezuela.
La receta neoliberal hoy está pidiendo a los países aplicar políticas fiscales restrictivas y en esa obediencia actuó Duque. Este tipo de políticas implica la reducción del gasto público, el aumento de impuestos o ambas a la vez. Las consecuencias son devastadoras pues significan una reducción de la Demanda Agregada, particularmente del consumo de los hogares, lo que significa una contracción del Producto Interno Bruto; en otras palabras, es inducir al país a una crisis económica.
Entonces, ¿por qué lo recetan los neoliberales? Desde la escuela de economía neoclásica hay un indicador más importante: el equilibrio de la balanza fiscal, que es que los gastos del gobierno no sean mayores a sus ingresos y por tanto no tenga déficit. Esto asegura que los gobiernos tengan los suficientes recursos para pagar sus compromisos financieros, por ello no les importa que pueblos enteros se empobrezcan si los capitales internacionales reciben sus pagos.
La reforma de Duque buscaba gravar con un impuesto al consumo (IVA) a alimentos y medicinas; también aumentaba las tasas impositivas sobre la renta de personas físicas que actualmente estaban exentas por su bajo nivel de ingresos. Causó también indignación que los grandes corporativos no fueron tocados en un país con las mayores tasas de desigualdad de la región.
Los neoliberales están urgidos de aplicar políticas fiscales restrictivas porque han terminado muy mal después de la crisis económica provocada por la pandemia, en la gráfica siguiente se muestra la relación de deuda pública con respecto al Producto Interno Bruto de países seleccionados de América Latina. El país más endeudado es Argentina, después de la desastrosa gestión del neoliberal Mauricio Macri; antes de él, Cristina Fernández había liquidado la deuda. Le sigue Brasil con una administración torpe y corrupta de otro neoliberal Jair Bolsonaro. Colombia muestra una relación de deuda de casi el 62%, por encima del promedio de la región. Mientras que nuestro país, está por debajo del promedio.
Elaborado con datos de Unidad Técnica de Economía (UNITE)
A pesar de que el lunes el presidente Duque se retractó de la reforma fiscal, las protestas continúan. El pueblo está empoderado e indignado por la masacre del Estado, los pobres se levantan contra un ruin sistema opresor.
No es posible aún descifrar el desenlace, los colombianos se enfrentan a poderes mediáticos, militares, políticos y económicos tanto dentro como fuera de Colombia; Duque y el expresidente Álvaro Uribe, al que apodan “Matarife”, se sienten respaldados por Estados Unidos, por ello siguen atizando la violencia con declaraciones infames. Pero, si no es por la lucha popular, podría ser en las urnas, a Colombia le queda un año para asistir a comicios presidenciales, ojalá aprenda la lección.
¿Y nosotros, qué lecciones podemos tomar de Colombia? Primero, memoria, ¿Se acuerda quienes propusieron en el pasado gravar con IVA a alimentos y medicinas en México? ¿Se acuerda quienes vociferaban para exigirle al presidente López Obrador que se endeudara en medio de la pandemia? Segundo, dignidad, no permitamos que vuelvan los neoliberales. Si ellos estuvieran en el poder nos estarían aplicando la misma receta que en Colombia. Que nunca vuelvan los oligarcas y traidores a gobernar nuestra Patria.
*Profesor-Investigador Facultad de Negocios, Universidad La Salle México
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
Twitter: @BandalaCarlos
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