El exministro de Salud de Brasil y actual diputado federal Alexandre Padilha dijo en declaraciones a Sputnik que cree que la prohibición del regulador local a la importación de la vacuna Sputnik V se debe, en parte, a la postura del presidente Jair Bolsonaro.
"El gran culpable de todo esto es Bolsonaro y su política externa, que coloca a Brasil en el aislamiento y que hace que sus ministros tengan una postura pasiva ante la pandemia", criticó.
El 26 de abril, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), un órgano técnico independiente del Gobierno, aprobó por unanimidad el veto a la importación de la vacuna rusa alegando riesgos para la salud pública con la información disponible hasta este momento.
Según Padilha, la postura "aislacionista" de Bolsonaro colocó a la Anvisa en una situación incómoda, con sus técnicos teniendo que pedir informaciones por correo electrónico mientras la vacuna ya había sido aprobada en más de 60 países.
El exministro, responsable de la Salud en Brasil entre 2011 y 2014, en el primer mandato de la expresidenta Dilma Rousseff, cree que Bolsonaro podría haber mostrado más interés y que el Ministerio de Salud podría haber creado desde el principio un comité bilateral con las autoridades rusas para que la información fluyera más fácilmente.
A pesar de las críticas, el exministro descartó que la agencia reguladora brasileña haya sido politizada y remarcó que el dictamen fue estrictamente técnico. Aún así, cree que "falta claridad" es uno de los argumentos clave para vetar la vacuna, la existencia de adenovirus replicantes, que podrían reproducir la infección en las personas vacunadas.
"No está claro si esa información fue suministrada por União Química (el laboratorio brasileño que iba a trabajar con la Sputnik V) o si viene del fondo ruso (en referencia al Fondo de Inversiones Directas de Rusia, RDIF) (…) no quedó claro de dónde se sacó esa información", apuntó Padilha.
El exministro expresó preocupación por el daño que la evaluación de la Anvisa, realizada sin las informaciones completas, pueda causar en la imagen de la vacuna.
"Puede difundir a la población brasileña y al mundo una imagen de inseguridad", lamentó.
No obstante, recordó que la propia Anvisa ha remarcado que Brasil no cerró del todo las puertas a la vacuna rusa contra el COVID-19.
"La Sputnik V no está descartada, pero se necesitan informaciones para aclarar dudas sobre los productos que serán importados en Brasil", afirmó.
