Un nuevo estudio argumenta que los humanos de la edad de piedra pudieron aventurarse a propósito en cuevas sin oxígeno, como la de Altamira, para dejar su huella en pintura mientras tenían experiencias extracorporales y alucinaciones con el objetivo de “conectarse con el inframundo”.
De acuerdo con LiveScience, la investigación la llevó a cabo un grupo de investigadores de la Universidad de Tel Aviv, Israel, que se enfocó en los bajos niveles de oxígeno, característica de las cuevas muy estrechas y profundas, especialmente aquellas que requieren luz artificial para se exploradas.
Por medio de simulaciones por computadora de cuevas “modelo” con diferentes longitudes de pasillos, que conducen a áreas un poco más grandes donde se pueden encontrar pinturas, analizaron los cambios en las concentraciones de oxígeno si una persona se parara en las diferentes partes de la cueva con antorcha en mano, ya que el fuego es uno de los varios factores que agota el oxígeno dentro de las cuevas.
De esta manera descubrieron que la concentración de oxígeno dependía de la altura de los pasajes, y que los más cortos presentaban menos oxígeno. En la mayoría de las simulaciones, las concentraciones de oxígeno disminuyeron del nivel de la atmósfera natural del 21% al 18% después de estar dentro de las cuevas durante unos 15 minutos.
Los bajos niveles de oxígeno pueden provocar hipoxia, que derivaría en dolor de cabeza, dificultad para respirar, confusión e inquietud; pero también aumenta la dopamina en el cerebro, lo que a veces puede provocar alucinaciones y experiencias extracorporales, según el estudio. Para las cuevas con techos bajos o pasillos pequeños, la concentración de oxígeno disminuyó hasta 11%, lo que causaría los síntomas más graves de hipoxia.
Los investigadores plantean la hipótesis de que las personas antiguas se internaron en estos espacios profundos y oscuros para inducir estados alterados de conciencia: "Sostenemos que entrar en estas profundas y oscuras cuevas fue una elección consciente, motivada por la comprensión de la naturaleza transformadora de un espacio subterráneo sin oxígeno".
Por su parte, Yafit Kedar, principal autor del estudio, explicó que las cuevas tenían un significado especial para estas civilizaciones antiguas, ya que eran vistas como "portales que se conectan con el inframundo".
Estos hallazgos sugieren que los pueblos antiguos buscaron estados alterados de conciencia y crearon representaciones de cuevas como "una forma de mantener su conexión con las entidades" del inframundo.
Ahora, los investigadores analizan cuántas personas podrían haber estado juntas al mismo tiempo en estas cuevas con cantidades limitadas de oxígeno y durante cuánto tiempo.