En México, las candidaturas para obtener algún puesto de elección popular se han convertido en una de las vías para obtener dinero fácil y rápido, por lo que se presentan como un jugoso negocio para candidatos improvisados.
La mayoría los candidatos que participan en campañas electorales recurren a un discurso social para lograr que la sociedad vote por ellos; sin embargo, hay unos que, sabedores de que no ganarán en las urnas, buscan sacar todo el provecho económico posible de la candidatura.