Un tren de pasajeros de la compañía estadounidense Amtrak chocó contra un camión en la ciudad californiana de Oakland. El vehículo se incendió tras el impacto y quedó completamente destruido.
El conductor del furgón, Javier Soria, de 73 años, y su compañero de trabajo estaban transportando basura y se dirigían al vertedero cuando las ruedas del vehículo se atascaron en la vía.
"De repente, vi que me quedé atascado y luego vi la luz (del tren) y dije 'Oh, Dios mío'. Traté de retroceder y avanzar y me dije: '¡Tienes que salir del camión, ese tren va a chocar contigo!' Así que crucé la calle corriendo y traté de detener el Amtrak, pero no, él no paraba, simplemente siguió adelante", comenta Soria.
Al final, los ocupantes del camión lograron saltar del auto antes del impacto. Mientras tanto el tren, con 111 pasajeros a bordo además de la tripulación colisionó con el camión y lo arrastró, después de lo cual comenzó a detenerse.
"El impacto fue terrible. Estaba preocupado por el operador de Amtrak, estaba al frente, fue él quien lo golpeó", recuerda Soria. No obstante, afortunadamente ninguno de los ocupantes del tren —que se dirigía de Seattle a Los Ángeles— resultó herido. Algunos pasajeros al principio ni siquiera se dieron cuenta del accidente.
De acuerdo con los representantes de Amtrak, es imposible que un tren que se mueve a unos 80 km/h se detenga por completo con tan poca antelación. Puede tardar aproximadamente 1,6 kilómetros en detenerse, lo equivalente a unos 18 campos de futbol.