Hallan el fósil de un dinosaurio sentado sobre un nido de huevos

Hallan el fósil de un dinosaurio sentado sobre un nido de huevos

Un equipo internacional de científicos hizo un descubrimiento totalmente extraordinario:los restos fosilizados de un dinosaurio que supuestamente murió protegiendo a su descendencia.

 

Los fósiles, hallados a las afueras de la ciudad china de Ganzhou, pertenecen a la especie de dinosaurios terópodos similares a aves bautizada como oviraptorosaurio. Estos reptiles habitaron la Tierra hace más de 66 millones de años, durante el período Cretácico.

 

 

El espécimen hallado en China estaba sentado sobre un nido de más de dos decenas de huevos en el momento de su muerte. Curiosamente, al menos siete huevos conservaron restos óseos o embriones del oviraptorosaurio, algo que sugiere que estos dinosaurios incubaban sus nidos de la misma manera que lo hacen las aves contemporáneas.

 

Esta es la primera vez que los paleontólogos encuentran los restos de un dinosaurio no aviar sentado en un nido de huevos que preservan embriones.

 

"En el nuevo espécimen, los bebés estaban casi listos para eclosionar", explica uno de los autores del estudio, Matt Lamanna, del Museo de Historia Natural Carnegie de Pittsburg (EU).

 

"Este dinosaurio fue un padre cariñoso que murió mientras criaba a sus crías", subraya el investigador.

 

Durante el estudio, los paleontólogos chinos y estadounidenses también llevaron a cabo un análisis de isótopos de oxígeno y llegaron a la conclusión de que los huevos se incubaron a temperaturas similares a las de las aves. Paradójicamente, no todos los bebés estaban en la misma etapa de desarrollo. Según una de las hipótesis, algunos de los embriones simplemente se encontraban más cerca del pariente y esto fue lo que les ayudó a madurar más rápido.

 

El revolucionario hallazgo también contribuyó a arrojar luz sobre la dieta de la especie. Por primera vez, los investigadores descubrieron pequeñas piedras en el abdomen del dinosaurio. Los autores del estudio opinan que se trata de los llamados gastrolitos, o piedras del estómago, que el animal habría tragado para mejorar la digestión.

 

"Es extraordinario saber cuánta información biológica puede contener tan solo un fósil. Vamos a aprender de este espécimen por muchos años más", declara el paleontólogo Xing Xu, del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología en Pekín.

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